
Hace ya unos pocos de años, cuando mi pareja y yo éramos novios e incluso recién casados, teníamos por costumbre celebrar el 14 de febrero «día de los enamorados» con una cena, en ocasiones solos y otras acompañados de alguna pareja de amigos, en un pueblecito de la provincia de Alicante, Villajoyosa – La Vila Joiosa (ciudad alegre).
Un pueblecito costero, con sus casitas de colores, un casco antiguo precioso y allí justo en ese casco antiguo, había un «restaurante» llamémoslo así, aunque era más bien cómo ir al caserón de nuestros abuelos en el pueblo, era un sitio muy acogedor, una casona antigua regentada por un señor entrado en años, él era camarero y cocinero a la vez, estaba sólo y por tanto eran pocas las mesas que servía, siempre bajo reserva y los fines de semana, porque de lunes a viernes trabajaba de sastre en el pueblecito.
Allí el menú únicamente eran ensaladas, tablas de patés y quesos y unos deliciosos bizcochos bañados con chocolate caliente, cómo no de la fábrica de allí. Un menú simple pero de lo más exquisito.
Allí la mayoría de los clientes (por no decir todos) íbamos por el trato de su propietario, por el sitio tan acogedor, se cenaba con una luz tenue, una música muy bajita de fondo y hasta los comensales que estábamos allí hablábamos en voz bajita, cómo temiendo que si la alzábamos un poco se perdiera todo el encanto.
Era un sitio especial al que debíamos nuestra visita una vez al año, siempre para esa fecha pero siempre hay un final y llegó el año que al llamar a reservar el señor nos dijo que ya no podía abrir, su madre cayó enferma y el se dedicaba ya a cuidarla y no podía regentar el negocio. Una pena…
Hoy bastantes años después, 14 de febrero me he levantado con la añoranza de ese lugar, un sitio en el que se respiraba amor, ya fuera por las parejas que allí estábamos o por su dueño al recibirte y tratarte con todo el cariño del mundo, algo difícil de encontrar en otros lugares…
Por cierto, si no conocéis el pueblecito, os animo a qué algún día os dejéis caer por allí a conocerlo, merece la pena.
B.D.E.B.
