Final de verano

Final de verano

Y llegaron los últimos días, las calles comienzan a quedarse vacías. Las pandillas de jóvenes que iban en bicicleta, a la piscina, a la sala de recreativos o de parcela en parcela entreteniendose con algún juego de mesa, ya no está, a malas penas quedan dos o tres.

El ir y venir de días atrás, el jolgorio en las calles poco a poco ha ido a menos.
Cada día se nota más tranquilo que el anterior y aunque el calor siga estando bastante presente, las tardes son más cortas. El verano va llegando a su fin, en pocos días llegará la vuelta a la rutina, trabajo, clases, extraescolares y mil cosas más. Vuelta al estrés diario de andar de aquí a allá, de organizar el tiempo para disponer de un ratito libre para uno mismo, para dar un paseo, leer un ratito o simplemente desconectar.
Y así se abrirá paso el otoño, de todas las estaciones del año la que menos me gusta, no sabría explicar bien el porqué pero me produce tristeza, quizás sea porque pasas de la alegría y júbilo del verano a una temporada más tranquila.
Hay muchas personas que me preguntan si no me aburro todo un mes aquí y mi respuesta siempre es la misma, lo que para la mayoría puede ser aburrido para mi es tranquilidad, desconexión. Estar todo el día al aire libre, un ratito de piscina, un paseo al atardecer, observar la luna y las estrellas (si tienes un poco de suerte incluso ver alguna fugaz) o simplemente echarte en una hamaca a leer un rato. Ya tendremos tiempo de volver a la ciudad, a la rutina diaria, al estrés, ahora simplemente hay que disfrutar al máximo lo poquito que queda.

Por cierto, el 13 de agosto entre las cuatro y las cinco de la mañana, pude ver una estrella fugaz y he de decir que el trasnochar mereció la pena

B.D.E.B.