Dos imágenes…

Dos imágenes…

La primera, un lugar para perderse

Dónde adentrarse y encontrar la paz.

Escuchar sólo el agua del río correr.

Un lugar dónde desprenderse de todo aquello que te hace daño, dónde perder todos los fantasmas del pasado, que te persiguen una y otra vez. Dejarlo todo perdido en la grandeza de esos árboles que te acogen para que nada ni nadie te encuentre, ni te hagan daño, no físicamente, si no más adentro, en el corazón, porque ese duele más y cuesta aún más curarse.

La segunda, la calma.

El mar en otoño nos trae la tranquilidad que necesitamos.

Los paseos en esta temporada son maravillosos para dejar la mente en blanco, para olvidar todo aquello que nos preocupa, que nos inquieta, que nos hace sentir mal.

Paseos que siempre se hacen cortos, al menos a mí, porque estar cerca del mar me hace desconectar de todo, me da vida, fuerza para seguir adelante, seguir luchando.

Cómo he comentado en más de una ocasión, mi lugar preferido.

Es curioso cómo en los días que peor te sientes, sales a dar un paseo y consigues las imágenes más bonitas o al menos eso te parece.

B.D.E.B.

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