
Hoy estaba en la oficina (tocaba trabajar allí) y han mejorado el programa que utilizamos, es curioso que siendo el mismo, sólo por cambiar el aspecto, ya cuesta un poco acostumbrarse, los botones no están en el mismo sitio que estaban, las pestañas son diferentes y hasta los colores han cambiado un poco, todo esto hace que te descoloques un poco y te cueste más hacer las cosas que hacías a diario, aunque es cuestión de habituarse y pronto ya estaré acostumbrada a él.
Y me ha venido a la cabeza los cambios que pasamos a lo largo de nuestras vidas, que aunque sigamos nuestras rutinas pero cambian cosas y tenemos que acostumbraron a ellas.
La primera que me ha venido a la mente ha sido cuando abandonamos la casa de nuestros padres. Ya sea porque nos casamos o vamos a vivir con nuestra pareja, o bien porque nos emancipamos y decidimos «volar del nido».
En cualquiera de los casos el cambio es importante, seguiremos con nuestra rutina de siempre pero añadiendo más obligaciones, porque aunque antes en casa tuviéramos nuestras obligaciones, en el momento en que tienes tu propia casa, toda la responsabilidad cae sobre ti (y sobre tu pareja, si es el caso), desde planificar el «menú semanal» al resto de faenas. A cambio tienes tu «libertad» de hacer o deshacer sin que nadie te diga nada, aún así creo que la mayoría, en algún momento volveríamos a lo que teníamos.
Y ya ni qué decir tiene cuando tienes un niño, ahí aún cambian más las cosas, dejas de ponerte tú (si es que antes lo hacías) en primer lugar y empieza a ser esa personita, primero irán sus necesidades y después, si queda tiempo, las tuyas. Y al igual que en el caso anterior, si se comparte con la pareja estupendo, no cae todo sobre ti, pero si no la tienes o no colabora (que hay de todo, da igual hombre que mujer) pues aún es mayor trabajo y responsabilidad.
Cambios que decidimos nosotros, porque queremos o porque ya toca, al menos en el primer caso, no es cuestión de vivir con nuestros padres para siempre, aunque cada vez los jóvenes lo tengan más difícil y, no nos engañemos ¿dónde nos van a tratar mejor? Son cambios bonitos pero que también hacen que nuestro día a día sea más «complicado» las rutinas las tenemos que cambiar, buscar huecos para lo que hacíamos habitualmente y sobretodo para nosotros, para nuestro bienestar.
Y así cómo ese programa ha sustituido al otro que ha desaparecido, una vez se producen estos cambios tampoco está nuestra vida de antes, también habrá desaparecido y aunque queramos volver atrás ya no será igual, será todo distinto porque nos hemos habituado a esos nuevos cambios y el volver a lo anterior será un nuevo cambio.
Cambios que en ocasiones merecen la pena hacerlos.
B.D.E.B.

Todos los cambios cuestan, aunque sean a mejor y en ese esfuerzo, justo cuánto empieza a encajar, cuando empiezas a comprender, ahí esta uno de los mejores momentos de la vida. A mí me gustan los pequeños cambios por qué son pequeños placeres, manejables pero en los grandes, casi siempre tienes una recompensa latente.
Magnos sueños.
Me gustaLe gusta a 1 persona
A mí no me gustan mucho los cambios pero reconozco que algunos de ellos han merecido y mucho hacerlos, lo que pueda parecer un sacrificio al final te resulta una recompensa si.
Saludos Oniro.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Creo que lo que nos define es eso, la capacidad de afrontar cambios, porque son inevitables, y porque aferrarse a algo que ya no es no sirve. Y darnos cuenta de que podemos y queremos, que no nos da miedo, nos hace más libre. Café y a por ellos amiga 🫂🫂☕☕🥰
Me gustaLe gusta a 1 persona
Así es amigo, así que de momento iremos a hacernos con el programa y después con los que lleguen a nuestra vida. 🫂🫂☕️☕️😘
Me gustaLe gusta a 1 persona
Los cambios en la vida son inevitables y casi siempre son para mejor, y cuando no, aprendemos de ellos. Un abrazo, guapa.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Toda la razón amiga. Un fuerte abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona