El poder de una pantalla

El poder de una pantalla

Ella se sentía sola, la relación con su pareja no pasaba por su mejor momento, su mejor amigo, aquel al que le contaba todo lo que le pasaba, cómo se sentía, absolutamente todo, había hecho una nueva pandilla y ya a malas penas lo veía, a veces le llamaba para intentar quedar con él pero siempre estaba ocupado.

Qué pena, ella y su pareja lo habían acogido en su casa meses atrás, el tenía problemas y la casa donde vivía estaba hecha un desastre, ellos no lo dudaron y se lo llevaron a casa, lo trataron cómo uno más, entraba y salía cuando quería, cuando tenían alguna reunión en casa de familiares o amigos lo llevaban con ellos porque era uno más, quizás cómo el hijo que intentaban tener y no llegaba o quizás cómo un hermano pero siempre cómo alguien muy allegado a ellos. Ahora él se había despegado bastante de ellos, nueva casa, nuevos amigos y cuando quedaba un huequecito libre (cada vez eran menos) entonces los visitaba o quedaba con ella para tomar un café, muy atrás quedaron todas esas tardes en que le pedía a ella por favor de salir a tomar algo y contarse sus cosas.

Una tarde, de esas que se le hacían interminables, aburrida y sin saber que hacer, decidió meterse en el ordenador de casa y por primera vez entrar a un chat. Había escuchado hablar de ellos, salas donde la gente entraba, hablaban unos con otros y pasaban el rato y aunque ella era muy introvertida y de las que necesitaba conocer demasiado a las personas para entablar una conversación, allí se adentró.

Al principio simplemente se dedicaba a leer, había elegido una sala que se llamaba «románticos», no por intentar ligar ni mucho menos, no era eso lo que buscaba, simplemente porque buscaba gente afín a ella y si algo le apasionaba eran las novelas de amor, la poesía y todo lo relacionado con esto. Tardó poco en conectar con aquella gente, nunca lo hubiera imaginado, cuantos más ratos pasaba con ellos a través de la pantalla más le parecía conocerlos aún sin saber si realmente serían cada uno las personas que decían ser pero todo parecía tan real, una pandilla de amigos que entraban allí y como fuera de las pantallas, se contaban sus problemas, sus inquietudes todo aquello que les preocupaba, les hacía llorar o reír. Tan a gusto se sentía allí que a veces cuando su «amigo» venía a ver si quería tomar un café, casi que se lo pensaba dos veces porque sabía que era porque algo quería, es más él aún se atrevía a decirle, «que estás con tus amigos del chat y me cambias a mí por ellos» y ella finalmente cedía y se iba con él para volver después a casa de nuevo tocada tras comprobar que efectivamente había ido a buscarla por algo de su interés.

Con el tiempo, estas personas propusieron quedar para conocerse todos y ella tras hablarlo con su marido, se decidió, cogió un tren y se fue a la aventura algo inimaginable para ella por su forma de ser pero a veces hay que hacer locuras ¿no creéis? Pues esta fue una de ellas, de las mejores que hizo en su vida, aunque después siguieron otras muchas.

Esa noche conoció a gente maravillosa, realmente eran las personas que decían ser detrás de la pantalla, fuera de ella quizás mejores aún, los abrazos virtuales se convirtieron en abrazos de verdad, de esos que curan el alma a pesar de ser la primera vez que se veían en persona, y a partir de ahí se creó un lazo imaginario con algunos de ellos que a pesar de la distancia, de largas temporadas sin verse incluso sin hablar, a día de hoy cuando se ponen de nuevo en contacto, es cómo si nada hubiera cambiado es algo tan maravilloso que se siente afortunada y feliz de aquella tarde haber encendido aquella pantalla.

**Aquel amigo que tuvo, apareció años después en su vida a pedir disculpas, a ella le costó acercarse a él, nunca volvió a ser como antes y tal cual apareció volvió a desaparecer a pesar de vivir en la misma ciudad.

-Dedicado a vosotros dos (creo que no es preciso dar nombres), que desde hace un par de semanas me habéis hecho revivir la felicidad de aquellos días y estoy deseando volver a juntarme con vosotros porque por más que pase el tiempo el cariño perdura y el bien que me hicisteis nunca lo podré olvidar 🙂

B.D.E.B.

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