Cruce de caminos

Cruce de caminos

Es curioso cómo la vida va cruzando los caminos de las personas. Recuerdo que hace unos meses le escribía a una amiga en su cumpleaños, que «‘A veces la vida, cuando piensas que ya lo tienes todo, nos regala a gente cómo tú.» así fue, la vida y ella me regalaron su amistad y no os hacéis una idea de lo grande que es, de las pocas personas que sólo con mirarme sabe cómo estoy, igual al contrario, la quiero muchísimo .

Pues así como se cruzaron esos caminos, se van cruzando más, ojo que no siempre buenos, a veces también hace que te cruces con quien no hubieras querido nunca,  pero miraremos el lado bueno y es que de todo se aprende.

Pero centrémonos en los cruces buenos, en los caminos por los que también puedes pasear en buena compañía.

En esos, a día de hoy tengo mucho que agradecer, porque cómo he dicho en alguna ocasión, igual no son muchos los que me acompañan a pasear por la vida, pero para mi los mejores.

Y si tengo que hablar de los caminos que me he cruzado por aquí, por este lugar, pues aunque habrá quien no lo entienda, me he cruzado con caminos (personas) que en estos meses, quizás sin saberlo, han sido un gran apoyo. Porque este blog fue creado para desahogarme, quizás porque no te apetece que la gente que te quiere vea lo mal que lo pasas por algo o quizás porque mientras estás escribiendo el nudo que tienes se va deshaciendo. Y cuando lo he hecho pues resulta que gente que no conoces más que de leernos mutuamente, ahí estaban mostrando su apoyo y unas palabras de ánimo.

Así que cuando hoy cruzaba unas palabras con un «amigo» (así te considero) que el roce hace el cariño, pues os diré algo, acostumbro a leeros prácticamente a diario y cuando alguien falta «a la cita» parece que falta algo, si son varios días hasta me pregunto ¿estará bien, le habrá pasado algo?

Curioso ¿verdad?  Así soy yo, es algo que no puedo remediar, siempre he sido así y a estas alturas de la vida, no creo que vaya a cambiar, y sinceramente espero que no cambie porque sería mala señal.

Pues ya sólo me queda que dar gracias porque se hayan cruzado nuestros caminos y porque sigamos caminando juntos durante mucho tiempo.

B.D.E.B.

P.D. Algunos de vosotros lleváis días sin aparecer por aquí y espero que volváis pronto porque se os echa de menos 😉.

La noche

La noche

Cae la noche y miro al cielo

La luna, las estrellas

Mi pensamiento es para ti

Para aquellos días de paseo bajo la luna

Aquellas noches sentados en la arena

Notando la suave brisa de las noches de verano

El sonido de las olas, única melodía

Tu brazo acogiéndome,

tus dedos acariciando mi hombro

Mi cabeza reposando en tu pecho

Tu corazón a mil por hora

El mío quería salirse del pecho

El brillo de la mirada, a pesar de la oscuridad

Una caricia en la mejilla

Mi cara se inclina,

la tuya se aproxima

Nuestros labios se juntan por primera vez

¿Fueron segundos?

Durarán para siempre

En el recuerdo,

En la memoria,

En cada playa,

En cada noche de verano…

B.D.E.B.

¿Cómo estás?

¿Cómo estás?

Una llamada, un simple mensaje,

-¿Cómo estás?

Parece una tontería ¿verdad? Pero sin embargo hay mucho más detrás de esas dos palabras.

A veces puede ser por compromiso, pero la mayoría de ellas no es así.

Alguien le ha dicho, le ha comentado algo que te ha pasado, o puede ser que cualquier pequeño gesto que has hecho tú le ha hecho pensar que algo te pasaba, y ahí está, esa llamada o ese mensaje para saber de tí, porque le preocupas. Para esa persona quizás no le parezca haber hecho nada tan importante, pero para ti supone mucho porque cuando llevas días en casa, sin salir más que para ir a los médicos, cualquier detalle lo tienes más en cuenta, un mensaje o una llamada te llena de alegría, saber que se interesan por ti, que les importas.

¿Tan importante es?

Pues cuando uno se encuentra mal, si es importante (al menos a mi parecer), porque siempre decae el ánimo, el salir de tu rutina, el pasar muchas horas sola en casa, el no poder hacer las cosas que te gustan (y hasta las que no te gustan), todo esto termina por hacer que decaigas y que estés malhumorada y de repente suena el teléfono, cuando miras la pantalla y ves quién es, la sonrisa vuelve a tu cara y los ojos brillan de alegría.

Como tan pequeño gesto (o grande, según quien lo mire),  puede llegar a alegrar tanto.

B.D.E.B.

Mi madre

Mi madre

Si pudieras convertirte en otra persona durante un día, quién querrías ser y por qué.

Sin dudarlo, me convertiría en mi madre.

Quizás así me ayudaría a entender como se siente.

Cuando le preguntas ella siempre responde que está bien.

Si me convirtiera por un día en ella, sabría si realmente lo está, o simplemente no quiere preocuparnos.

Entendería también lo que pasa por su cabeza en los momentos en que se pone a llorar, porqué llega a pensar cosas que no son y que esa terrible enfermedad le hace creer que si.

Con un poco de suerte también podría sentir la alegría que desprende cuando nos tiene a todos reunidos a su lado y si sufre si no lo estamos.

Sabría si es consciente de su enfermedad, si se da cuenta de las cosas que le suceden o si por el contrario, también caen en el olvido…

Y principalmente saber con seguridad si es feliz, asegurarme de que no está sufriendo, porque lo único que me importa es que pese a todo, sea feliz.

Ojalá fuese posible por un día ponerme en su piel, sentir todo lo que ella siente y así poder comprenderla mejor y saber cómo ayudarle en cada momento.

B.D.E.B.

Amigos en la noche

Amigos en la noche

Llevaba ya un buen rato leyendo cuando los párpados le comenzaban a pesar, y aunque la lectura estaba interesante, decidió dejar el libro en la mesilla de noche y apagar la luz. Al instante estaba sumida en un profundo sueño.

No llevaba a malas penas un par de horas durmiendo y se despertó de golpe con un fuerte estruendo de un rayo que debió caer cerca de la casa. Se levantó y bajó al salón para comprobar que todo estaba bien, miró por las cristaleras que daban al jardín y observó como había empezado a llover y a cada vez más fuerte.

Se quedó extrañada porque no se esperaba lluvia ese día, pero ahí estaba y no era precisamente ligera, amenazaba una fuerte tormenta.

Se puso a comprobar puertas y ventanas que estuvieran bien cerradas y en una de las ventanas que daban a la cocina se encontró un gato que se había puesto a cubierto y estaba maullando y completamente empapado, sin dudarlo abrió un poco la ventana y el pequeño entró de un salto y a continuación empezó a maullar entre sus piernas como si quisiera darle las gracias.

Sacó una toalla de uno de los armarios y se puso a secarlo, el animalito se dejó sin parar de maullar y ella se dió cuenta de que llevaba un pequeño collar así que dedujo que tenía que ser de algún vecino que se le hubiera escapado, al día siguiente cuando escampara la tormenta buscaría a los dueños y esa noche lo acogería en su casa.

Le puso un cuenquito con un poco de leche y después se lo subió a su cuarto con un viejo cojín para que durmiera en él al lado de la cama, al menos esa era su idea, porque al gatito le pareció mejor subirse a la cama y tumbarse encima de los pies de ella, así que no le llevó la contraria y lo dejó allí, la verdad que le gustó sentir esa calidez en esa cama que estaba acostumbrada a notar siempre fría.

Amaneció el día con un sol radiante, apenas quedaban unos charcos resultado de la tormenta de la noche, si no llega a ser por eso y por el maullido que se escuchaba en la cocina hubiera pensado que todo había sido un sueño.

Mientras salía el café le puso a su nuevo amigo un poco más de leche y mientras lo observaba ella se tomó su café y en eso sonó el timbre de la casa, extrañada porque no esperaba a nadie, se dirigió a abrir y el gatito la siguió.

Abrió y se quedó de piedra, era un vecino que en un par de ocasiones se había cruzado y a malas penas le había saludado, y ahí estaba, delante de su puerta, el gatito enseguida fue hacia él mientras este se agachaba a cogerlo, empezó a restregar su pequeña cabecita en el cuello de él y aceptando las caricias que le ofrecía.

Él le agradeció el gesto a su vecina, por lo visto cuando cayó el rayo el gatito salió asustado y llegó a casa de ella y hasta la mañana cuando se levantó no se dió cuenta que no estaba en casa y salió a buscarlo casa por casa por todo el vecindario.

Una vez se marcharon ella volvió a entrar en la casa, se terminó el café y decidió que esa misma mañana iría a la protectora porque necesitaba de nuevo tener un nuevo amigo en su vida.

B.D.E.B.