Ir y venir de gente, abrazos, besos y lágrimas…
Unas de alegría y otras de tristeza.
Se nota en el rostro, cuando alguien está esperando sin parar de mirar la pantalla, ansiosos de que llegue el tren esperado, buscando entre la gente que sale, de repente una sonrisa, ahí está, ha llegado esa persona que esperabas.
Abrazos, besos y los más románticos incluso con una rosa en la mano esperando a su amor.
Por otro lado, un abrazo del que no te quieres soltar, besos que no ves el momento de parar de dar, te separas a regañadientes y ves a esa persona alejarse poco a poco. Los ojos se ponen vidriosos y ahí estás, esperando hasta que la vista ya no alcance pero si se da la vuelta, que sepa que sigues ahí.
Regresos y partidas, miles de historias de amor, amistad,… ocultas en una estación de tren.
B.D.E.B.


Cuantas historias ante nuestros ojos si paramos a mirar. Y las estaciones, con saludas y llegadas, son ejemplo de lo que ocurre en la vida. Me a encantado
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Gracias Manu, cuando voy a la estación mientras espero me gusta observar a la gente.
Cuando despido a alguien ya la cosa cambia porque las despedidas no me gustan nada.
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La estaciones cuentan historias de felices llegadas o de huidas… eso ya depende de cada persona 😉
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Muchas historias y muchos sentimientos los que se respiran, siempre me han gustado las estaciones de trenes principalmente al ir a recoger a alguien.
Saludos Beauseant.
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