Nuevas ilusiones

Nuevas ilusiones

El domingo me llevaron a dar un paseo por la playa (aún no puedo conducir con mi pierna, aunque mejora poco a poco), llevaba ya un mes al menos sin pisarla, primero por compromisos y después con lo de la pierna… Las ganas que tenía de sentir de nuevo la brisa no os hacéis una idea, el paseo no fue muy largo, ni siquiera por la arena de la orilla cómo me gusta a mí, pero bueno algo es algo, poco a poco.

El caso es que mientras paseábamos, cómo siempre, nos fuimos encontrando con un montón de gente paseando a sus perros y salió el tema. En mi casa lo primero que dijeron cuando falleció mi bichejo, es que no entrarían más perros ni animales en casa, yo desde el primer momento sabía que por mi parte eso no iba a ser así, que aunque ningún perro fuese a remplazar al mío, porque el amor que le tenía era demasiado grande cómo para borrarlo así sin más, en cuanto me sintiera preparada otro perrete entraría en casa, porque aunque cuando uno los pierde se pasa mal, muy mal, mientras ellos viven, mientras los tienes a tu lado, el cariño que te dan, la compañía, es todo y yo necesito volver a sentir todo eso.

Pues después del paseo estuvimos hablando con los vecinos, uno de ellos acababa de adoptar a uno y bueno, la cosa se fue calentando. A la hora de la comida pregunté a mi pequeño que le parecía la idea de volver a tener un perrito en casa. Casi se pone a llorar porque para él era un poco temprano, pensaba que nos habíamos olvidado de nuestro «Naky», le hicimos comprender que no era así y se quedó un poco más convencido, al mayor le pasó algo parecido, dijo que a él le daba igual porque no pensaba hacerse cargo para nada…

Esto fue hasta que un amigo nos envió unas fotos, ahí cambió la cosa, tanto, que ayer por la tarde fuimos todos a ver un perrito y cuando lo vimos ya supimos que no había marcha atrás, que en breve se vendría a casa con nosotros. Y si por mis dos hijos hubiese sido se lo hubieran traído ayer tarde mismo, los que no querían más animales, y sólo había que verles la cara de felicidad.

Desde que mi amigo me lo dio para que lo cogiera al brazo, estuvo conmigo, al principio asustado pero poco a poco cogió confianza, se acurrucaba en mi cuello y no os puedo explicar la ternura que sentí en ese momento, el volver a sentir ese calor, acariciar ese pelito suave, esos pequeños ojitos negros… mil sensaciones. Me costó un mundo devolvérselo de nuevo aún sabiendo que pronto estará con nosotros.

Me vine feliz, muy feliz, porque se que en pocos días estará aquí correteando por la casa, mis mañanas de teletrabajo estarán de nuevo acompañadas por un peludo que vendrá a pedir mi atención, quien me hará compañía en los momentos complicados que pasamos muchas veces y quien volverá a darme ese amor incondicional que te ofrecen ellos.

Algo está claro, a ti pequeño no te podrá sustituir nunca, porque fuiste demasiado especial y te llevaré siempre en mi corazón.

B.D.E.B.

7 comentarios en “Nuevas ilusiones

  1. Esas miradas nos atrapan. Desde el segundo de cruzarnos con sus ojos quedamos encadenandos eternamente a ellos.

    Los tenemos em corazón lleno de lametones, ronroneos, mordisocos, ladridos y maullidos sabemos que necesitamos de ellos para seguir viviendo.

    Nadie reemplaza a nadie, solo ocupa otro lugar privilegiado.

    Los necesitamos nosotros más a ellos.

    Me alegro muchísimo.

    Un abrazo muy cálido.

    Le gusta a 1 persona

Replica a Desconfiado Cancelar la respuesta