Migajas

Migajas

Ayer en una serie, ella sólo quería amistad y él le dijo que no podía ser, que para él eso era ofrecerle las migajas. Eso me hizo quedarme un rato pensando, porque para mí la amistad no son sólo migajas, es el postre completo.

Puedo entender que cuando una persona está enamorada de otra, el que le ofrezca sólo su amistad, sabe a poco, es un tema difícil y si esa persona permanece a tu lado, seguramente duela más, pero

¿Acaso tenerla lejos no duele?

Debo reconocer que es una situación complicada, afortunadamente sólo he pasado por esa situación en la adolescencia y lo llevé regular nada más, pero sé que tenerlo lejos en aquel momento hubiera dolido más,  así que me conformé en tenerlo cómo amigo. Y qué jodido es el destino que casualmente compartimos iglesia años después el día de nuestra boda, cada uno con su pareja y en turno distinto, pero si, nos casamos el mismo día y en el mismo sitio.

Todo esto viene porque me ha parecido tan triste que una amistad de corazón, de las de verdad, se le diga que son migajas, una amistad de verdad es de lo mejor que nos pueda pasar en esta  vida,  porque la mayoría de veces, incluso cuando el amor se acaba, nos apoyamos en esos amigos que lo son todo, que se sientan a nuestro lado y escuchan como nos desahogamos, nos ofrecen su hombro para llorar, nos abrazan para que el frío que sentimos interiormente sea menos y cuando les damos paso, nos tranquilizan con sus palabras.

Los que nos llaman cuando estamos indispuestos ya sea física o emocionalmente, caminan a nuestro lado y si perdemos fuerzas nos dan la mano para tirar de nosotros.

Esos amigos, esas amistades…

Migajas, no creo que lo sean.

Con una mirada
nos sobran las palabras
En el camino de la vida
andamos cogidos de la mano
Si lloré ahí estabas
para secar mis lágrimas
Reímos juntos
sin que el resto entendiera nada
Nos quedamos en silencio
cuando no cabían las palabras
Me hiciste sonreír
cuando sólo quería llorar
Siempre a mi lado
Siempre a tu lado
Siempre amigos

B.D.E.B.

4 comentarios en “Migajas

  1. No son migajas. Pero lo entiendo y siento en carne propia. Duele que algo no pueda avanzar, y solo los afortunados que priman lo bueno sobre lo perfecto acaban conservando ese amigo que no deja migas sino huellas. Me encanta. Un abrazo

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