
«Se levantó bien temprano y después de una ducha y un café se dispuso a preparar todo. Echó un pequeño bocadillo para el almuerzo, la botella de agua y un café frío para el camino dentro de la mochila, se puso el blusón típico de ese día, la gorra y la mochila a la espalda.
Al salir de casa miró al cielo, estaba un poco nublado pero mejor así, cogió el autobús que le llevaría al centro de la ciudad y allí se uniría a las miles de personas que estaba previsto que hicieran la romería como cada año.
Llegó a la plaza, cogió una caña con su ramita de romero y esperó que saliera la comitiva para empezar a caminar tras ellos.
Ese año era especial, el año anterior no había podido hacer la romería por su embarazo, pero este año si que tenía que hacerla y le apetecía mucho, tenía mucho que agradecer.
Al contrario de otros años había decidido hacerla sola, sin compañía y así mientras caminaba iba pensando en todo lo bueno que le había pasado el año anterior, el nacimiento de su hijo lo mejor. Después de todo lo vivido por fin tenía a ese pequeño con ella, con ellos y no podía ser más feliz.
Y también se acordó de esa tradición de la romería a la Santa Faz. Algo que llevaba haciendo desde pequeña, desde que ella podía recordar, cada año ese segundo jueves después del jueves santo, miles de personas se reunían en la plaza de la concatedral de San Nicolás para hacer la romería, por el camino se iban uniendo gente de distintos barrios y a mitad de camino el puesto de los rollitos de anís y la mistela, para coger fuerzas y terminar el camino hasta el monasterio, allí en la plaza, en un altar improvisado, tenía lugar la misa y una vez finalizada se podía entrar a tocar la reliquia.
Después a almorzar o pasar el día en el campo, y recordaba como de niña, junto a sus padres y amigos, llevaban los capazos de mimbre con la comida para pasar el día, como si se tratara de un día más de pascua. Un mantel al suelo y allí mismo comían, no era necesario ni mesas ni sillas, al ir andando era lo que tenía, cuanto más ligeros mejor.
Y así con todos esos recuerdos en la cabeza, cuando se descuidó allí estaba, había llegado a la plaza, un sentimiento le invadió (este año más especial que en otras ocasiones), y sus ojos se llenaron de lágrimas para decir una sola palabra…»gracias»
Se quedó allí entre todo aquel tumulto de gente y escuchó la misa, una vez terminada se marchó a la sombra de un árbol, almorzó y tomó el camino a casa, el año siguiente volvería con su pequeño.»
Hoy, día de la «Santa Faz» aquí en Alicante, día de la romería que por desgracia este año no puedo realizar (otra de las cosas que la dichosa pierna me impide de nuevo), quería escribir unas letras sobre ello, sobre esa tradición que creyentes y no creyentes, realizamos cada año porque se ha convertido en un día de compartir, de realizar ese camino y pasar el día en el campo con amigos, familia…un día bonito porque todo lo que sea compartir con la gente que quieres siempre es bonito.
Este año me quedo con las ganas, el próximo espero no fallar.
Y os dejo un dicho de aquí, que dice así:
«Hay tres cosas para ser un buen alicantino, herculano, foguerer y de la Santa Faz peregrino»
Feliz jueves a todos.
B.D.E.B.

Me has recordado mi infancia, y otras peregrinaciones. Y el corazón me ha dado un vuelco porque esa fachada es casi un calvo de otra de mi pueblo. Gracias por compartir ese sentir amiga 🫂🫂🫂
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Esa fachada es la del monasterio, es muy bonito por dentro. Es una cita que tengo todos los años, pero este no ha podido ser, pero una vez pasen estos días iré a visitarla aunque sea en coche.
Un fuerte abrazo 🫂🫂
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No soy una persona creyente pero sí he participado en algunas de esas festividades por eso que has escrito, por la comunidad, por estar con otras personas y compartir algo con ellas. A pesar de eso, de no ser creyente, me parece muy importante el poder de la religión para dar un objetivo común. Conforme la religión se ha ido retirando de nuestras vidas, hemos ido perdiendo ese objetivo común, no hemos encontrado nada que lo sustituya,
Saludos
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Es lo bueno que tiene, que al final son días para compartir, nos unimos y disfrutemos momentos, creando recuerdos.
Saludos Beauseant.
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Un día, como tú dices, de compartir y disfrutar, se sea creyente o no. Gracias a ti por compartir. Espero que vayas mejor. Un abrazo.
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Eso es siempre lo importante Marylia, el compartir. Gracias a ti, mi pierna sigue más o menos, espero esta semana tener soluciones.
Un fuerte abrazo
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