(des)conectar

(des)conectar

Sugerencia de escritura del día
¿Cómo sabes que ha llegado el momento de desconectar? ¿Qué haces para que suceda?

Cuando llega un día triste tras otro, cuando no me apetece moverme del sofá y me irrita la mayoría de cosas, ahí se que ha llegado el momento, que necesito desconectar.

Y ¿Qué hago?, pues creo que los que me «conocéis» ya sabéis bien, irme al mar, pasear, perder la mirada en el horizonte y desconectar del mundo para conectar con él.

A veces me pregunto el porqué de un tiempo para aquí se ha vuelto tan necesario, siempre me ha gustado la playa, desde pequeñita que me llevaban mis padres (aunque no a menudo para lo cerca que estamos) y después de adolescente, en llegar el buen tiempo siempre estaba allí, cualquier día festivo o tarde que no hubiera clase, con amigas y hasta yo sola.

Pero en aquella época casi era más por «presumir» después, darte un baño y tumbarte a broncearte aunque siempre me ha gustado cuando estuviera menos concurrida, porque el sonido de las olas si es cierto que me relaja desde hace mucho tiempo, quizás sea el sonido que más lo consigue. Y claro está que esto cuando hay mucha gente no se escucha.

De un tiempo para aquí, todo ha cambiado mucho, ahora cuando voy, ya sea a pasear o a darme un baño, prefiero ir a las horas que el sol menos calienta, a ser posible al amanecer, ahí es cuando más consigo (des)conectar, el comienzo de un nuevo día y la esperanza que todo va a pegar una vuelta de 180º, aunque no siempre suceda, pero ese ratito que estoy allí, que llego hasta mi rincón y me dejo llevar, eso ya me ayuda para empezar bien el día.

Y a ti, ¿qué te hace (des)conectar?

B.D.E.B.

El valor de la amistad

El valor de la amistad

¿Qué cualidad valoras más en un amigo?

Creo que ninguna en concreto, lo único que valoro es que esa amistad sea verdadera.

A lo largo de los años va pasando mucha gente por nuestras vidas, algunos son gente de paso y otros se quedarán a tu lado siempre que la vida nos lo permita.

Valoro a la gente que siempre está, para bien o para mal, si hay que celebrar algo te ayudan a preparar todo y lo disfrutan como si de ellos se tratara y si por el contrario, algo va mal, ahí están para escucharte, para aconsejarte si lo pides, para consolarte y sobretodo para abrazarte…porque en ningún lado estarás mejor.

La gente que está «a ratos», y no se trata de tiempo, porque a veces media hora con la persona adecuada puede ser más que un día con quien no lo es. Esa gente no me interesa, se cruzarán en mi camino, podremos pasar un rato pero no se quedará.

A día de hoy, y como he comentado en otras ocasiones, tengo que dar gracias porque igual no son muchos en cantidad, pero la calidad de su amistad es máxima, a algunos de ellos les debo mucho y no sé si llegaré a saber expresarles todo ese agradecimiento que siento hacia ellos, aunque creo que lo que sí les he demostrado en más de una ocasión es cuanto les quiero.

Hay un dicho muy cierto «quien tiene un amigo, tiene un tesoro».

Afortunados los que somos ricos en amistades.

B.D.E.B.

¿Te acuerdas?

¿Te acuerdas?

¿Te acuerdas de aquella tarde?

Una tarde cualquiera que se convirtió en especial, una como tantas otras pasadas y esta quedó en el recuerdo.

¿Quién empezó?

Estoy segura que fuiste tú, ¿o acaso fui yo? Ese dulce coqueteo, esa sonrisa, el brillo en los ojos… ese primer beso.

¿Te acuerdas?

El primero siempre es especial, lo recordarás siempre, después vendrán muchos más, pero ese siempre será el que permanecerá ahí.

¿Y después que pasó?

Quizás no era el momento, o no estábamos destinados el uno para el otro, o éramos muy jóvenes y con muchas más experiencias por vivir.

Han pasado muchos años pero los recuerdos perduran en mi memoria.

Y tú ¿te acuerdas?

B.D.E.B.

Un antes y un después

Un antes y un después

¿Recuerdas cómo era la vida antes de Internet?

Comenzando por los recuerdos de una niñez en la que los juegos eran de mesa, largas partidas al risk, al monopoly, incluso a las cartas, cualquiera era bueno para pasar el rato con los amigos, nada de juegos electrónicos ni «on-line» todo cara a cara.

Las cartas, postales, felicitaciones, todo escrito a mano y cuando esperabas alguna, todos los días mirabas el buzón, ansiosos de ver si recibíamos algo.

Los teléfonos eran fijos y después llegaron los móviles, pero sólo para llamar y mandar SMS…

Pero llegó Internet y todo cambió, ¿para bien? Pues en muchos aspectos diría que sí, desde hacernos la vida más fácil (teletrabajar por ejemplo) poder comunicarse de otras formas y hasta recuperar amistades del pasado de las cuales habíamos perdido el contacto (lo malo de que no hubieran móviles). También hemos podido hacer amistades nuevas en la distancia, que es algo que a mucha gente le puede parecer complicado pero se puede, gracias a este invento tengo algunos buenos amigos que aunque no nos veamos muy a menudo, cuando lo hacemos es como si no hubiera pasado el tiempo.

Creo que todo está en hacer buen uso de la tecnología, no por ello tenemos que dejar de compartir momentos, si en las reuniones con los amigos o familiares sacamos el móvil, que sea para hacer una foto (que después terminará en las redes sociales) pero que la tecnología no sea un sustituto de un cara a cara.

Podemos tener conversaciones por aquí, pero no olvidemos esas conversaciones mirando a los ojos de quien tienes enfrente, de sentir ese abrazo, esa mano amiga que te agarra fuerte, es muy necesario.

B.D.E.B.

Ellos…

Ellos…

Ayer fui a visitarles y me vine con un sabor amargo. A él se le notaba agotado, sin ganas de nada y es que yo creo que la situación le va superando.

Cuando todo empezó yo creo que todos pensamos que iba a ser más fácil pero estábamos equivocados, es difícil, muy difícil y para él aún más.

Poco a poco la enfermedad avanza y mientras lo hace él se va desesperando más y más. Porque es muy duro ver como la persona con la que has compartido toda tu vida, no es ni la sombra de lo que era, cada vez hay que estar más pendiente de ella y cuando los años pesan termina por dejarte destrozado.

Esa enfermedad va haciendo mella en todos, en quien la padece y sobretodo en quién está al lado, cada día necesitan más atención, estar más pendiente de ellos y con poco o nada de tiempo para uno mismo.

Ella ajena a todo, en su realidad que no es la tuya, y tú luchando día a día para que ella no se sienta mal aunque eso te cueste la vida.

Tú llevas todo el peso y se te va notando, cada día más agotado y sin ganas de nada, me preocupa, nos preocupa porqué sólo tú sabes lo que estás pasando, hiciste una promesa hace muchos años y me consta que de sobra la estás cumpliendo.

B.D.E.B.