
Ahora que ya estamos en verano, y que toca llevar al pequeño de aquí para allá con los amigos, que si a la playa, a la urbanización de uno o de otros, me acuerdo de lo diferente que eran mis veranos de niña, nada que ver con los que tienen ellos ahora.
Empezando porque si eras de una familia humilde, como era mi caso, tus vacaciones eran acostarte tarde porque te dejaban quedarte más tiempo en la calle jugando con los amigos (en la calle, nada de urbanización), igual pasar unos días en el pueblo con los abuelos y algunas veces nos turnábamos mi hermana pequeña y yo, y cada semana iba una de nosotras a casa de mi tía con mis primas, que eran algunos años mayor que nosotras, porque ellos si vivían en una urbanización con piscina.
Recuerdo una de las pocas veces que coincidimos las dos, fue en fin de semana y los domingos mi tía obligaba a mis primas ir a misa. Ella iba a primera hora y mis primas más tarde, ese día fuimos con ellas y claro, resultó que no entraban a misa, se quedaban en un parque cercano con las amigas y cuando se suponía que había terminado la misa, volvían a casa.
Ese día de allí íbamos a comer a casa de mis padres que estaba cerca, y nada más entrar a casa mi hermana pequeña le dijo a mi madre «sabes mamá, que las primas no nos han llevado a misa, hemos ido al parque con sus amigas» 😂, no os podéis imaginar la cara de susto de mis primas, claro que mi madre era distinta, sólo les dijo que tuvieran cuidado que si su madre se enteraba se iba a enfadar. Mi hermana era así, mejor no contarle un secreto (afortunadamente con el tiempo cambió).
Esas eran mis vacaciones, pero creo que tampoco necesitaba mucho más, estaba siempre rodeada de gente que me quería, y disfrutaba ya fueran familia o amigos, ya estuviera bajándome en una piscina, jugando en la calle, o en el campo con mis abuelos, cogiendo almendras con una amiga directamente de los árboles, y por la noche sentada junto a mi «yaya» en el porche de la casa, escuchando la radionovela en un viejo transistor.
Eran otros tiempos y lo mejor de todo, no había cabida para el aburrimiento…
B.D.E.B.

Ayyyy, mis tiempos de albercas en vez de piscinas, de tardes en el pueblo, de pandillas nuevas donde volverse rebelde. Hoy me has llevado a esa adolescencia amiga
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Lo que disfrutábamos entonces con lo poco que tuviéramos, sólo con los amigos ya teníamos suficiente para inventar con que entretenernos, ahora se aburren…
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Me has recordado esos largos veranos familiares estando en la calle hasta después de cenar, incluso, alguna vez, nos comíamos un bocadillo en la calle jugando. Recuerdos muy bonitos de otros tiempos que ahora no se parecen en nada. Gracias por compartir. Un abrazo.
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Así eran los míos, ahora no hay nada de eso, los recuerdos no serán los mismos.
Un abrazo.
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