
Sin que nos demos cuenta muchas veces las cosas se van deshaciendo, se nos van de las manos, así como se escurre esa arena de la playa cuando la intentamos coger con las manos, si está húmeda es posible hacerlo pero si está seca, se escurre entre nuestros dedos hasta quedarse simplemente una fina capa de lo que hubo y ya no está.
Después llegan los arrepentimientos.
Casi siempre suele ser tarde.
B.D.E.B.

A veces, por motivos no explicables en el momento, dejamos ir oportunidades que estaban hechas para nosotros. Y son esas que no aparecen dos veces. Saludos Blanca.
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Puede ser que hasta más adelante no nos demos cuenta de lo importante que era.
Tenemos que aprender a abrir más no sólo los ojos, también la mente y el corazón.
Saludos Manuel.
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Esa es la actitud correcta para estar en paz con uno mismo. Disfruto leerte Blanca.
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