Volver a …¿ti?

Volver a …¿ti?

El otro día, mientras iba en el avión, miraba por la ventanilla al sobrevolar por encima de las nubes, blancas, te daba la sensación de esponjosas, y entraban ganas de saltar sobre ellas. Cada vez que vuelo, me recuerda mi primer viaje a Tenerife (y el primero también en avión), en el que en una de las excursiones, el guía nos describía lo que llamaba «un mar de nubes», en aquel momento estaba con los pies en la tierra, pero aún así me parecía estar soñando.

Y eso es algo parecido a lo que me ocurre cada vez que vuelo, que al pasar por encima de las nubes me acuerdo de aquel viaje y cierro los ojos para soñar, a veces para volver atrás, a aquellos tiempos tan diferentes, a esas ilusiones que después muchas de ellas se cumplieron, otras quedaron atrás y lo seguirán estando.

Fue también mi primer viaje con el que por aquel entonces era mi novio, viajábamos allí junto a unos amigos, aunque ellos decidieron ir a un hotel más lujoso, y una vez allí cada cuál tiró por su lado. Pero no importó, conocimos a una pareja muy agradable y pasamos todo el viaje con ellos. A veces el ir solo a un sitio hace que interactúes más con el resto de gente y hasta salgan nuevas amistades.

Quedé prendada de aquella isla desde el minuto uno, tanto que años más tarde volví a viajar allí, esta vez casada y con un pequeño de tres años, que disfrutó casi tanto como yo, de volver a ese lugar y con una de las personas más importantes de mi vida, con una de esas ilusiones, que tenía la primera vez, cumplida.

Pero volviendo a ese primer viaje, fue la primera vez de muchas cosas, la primera vez que monté a un teleférico para subir al Teide, y juré que no me volvería a montar en un cacharro de esos, lo pasé mal no, peor que mal, no bajé andando porque no se podía. También fue la primera vez que me bañé en un océano (más frío que mi mar Mediterráneo), y el primer jardín botánico que visité…

Un viaje de muchas primeras veces, un viaje que guardo en la retina y en el corazón, un lugar al que seguramente volveré algún día, un viaje donde amé, soñé, disfruté, reí y solo lloré de emoción.

Ojalá se pudiera no sólo viajar a los lugares, también a los momentos…

Viajaremos al menos en los recuerdos.

B.D.E.B.

Ver lo que otros no ven

Ver lo que otros no ven

Hay muchas veces que me gustaría equivocarme en ciertas cosas, pero finalmente el tiempo me da la razón. Mi manía (ayer hablábamos de ellas, una más) de ser observadora, hace que muchas veces me anticipe a los hechos, y cansada de que me digan que «porque soy mal pensada», «que exagero», «tienes que entender las cosas y no tomarlo a la tremenda», y un largo etcétera…ahora cuando veo venir algo, se queda conmigo, o si tengo que soltarlo, porque me está ahogando, se lo confieso a mi querida amiga Mariela.

Pues ayer de nuevo el tiempo me volvió a dar esa razón, que en este caso no hubiera querido tener, porque yo hace ya tiempo que me «desencanté» pero no las personas a las que quiero y ahora lo están haciendo, se dan cuenta de las cosas y les duele, sufren, y eso a su vez me hace daño a mí también.

Claro, ven que a mí no me afecta y preguntan, yo sólo puedo decir que no me pilla por sorpresa, y quizás en ese momento se dan cuenta del porqué de muchas cosas.

Porqué ya no estoy tan a gusto con ciertas personas, porqué mi actitud hacia ellos ha cambiado, si no tengo ganas de visitar, o ya no preguntas, porqué no llamas…

Soy persona de aguantar todo lo que puedo y más que me hagan a mí, y no pasa nada, pero sin embargo no tolero que hagan daño a mi gente, a sabiendas que se lo van a hacer y sobretodo pensando que como son buena gente perdonan todo y no ha pasado nada, o peor aún…no se van a dar ni cuenta.

Al final todo sale, al final llega y al final les hacen daño, y yo me quedo mal porque quizás podría haber prevenido algo, pero tampoco podía anticipar lo que sabía que me podría explotar en la cara, porque no iban a creer que las personas son así hasta que ellos mismos se delatan.

Situaciones complicadas que como he dicho al principio, muchas veces me gustaría equivocarme, haber interpretado mal, haber pensado mal, y que el tiempo me quitara la razón, pero no y lo peor es que no puedo hacer nada, quedarme a un lado y esperar que pase todo.

B.D.E.B.

Todo termina, incluso la vida, mejor no desperdiciar con quienes no nos valoren lo suficiente…
Atender amablemente el teléfono…

Atender amablemente el teléfono…

Si no necesitaras dormir,¿qué harías con ese tiempo extra?

Hoy no tenía pensado contestar a la pregunta, prefería escribir sobre otra cosa (posiblemente también lo haga) pero, puesto que alguien ha decidido que no debería de dormir siesta, porque hay gente que piensa  que yo puedo mandar en el mundo (o al menos en las agencias de transporte), pues aquí estoy, sin siesta y escribiendo.

Así que imagino que si no necesitara dormir, una de las cosas que haría sería escribir, bueno, antes solucionar la vida de alguna gente que creen que están ellos por encima de todo.

En fin…

Ya sabéis una cosa más de mí, me molesta un poquito que me despierten de la siesta si no es algo urgente (urgente de verdad).

B.D.E.B.

Manías

Manías

Enumera tus tres grandes manías.

La primera y «peor» de todas es no mentir. He hablado de ello en otras ocasiones, la mentira no va conmigo, y no se hacerlo tampoco, si es para hacer una broma o una sorpresa a alguien y hay que mantenerlo «engañado/a» hasta que llegue el momento, quien me conoce de verdad no me tendrá de cómplice porque ni siquiera para eso sé mentir. Seguramente, si intentan sonsacarme, se me escapará una pequeña sonrisa.

Y mucho menos soporto que me mientan, no me gustan las personas mentirosas y aún menos si lo hacen a sabiendas que esa mentira puede llegar a hacer daño.

Mi segunda manía quizás sea confiar demasiado en los demás, confiar en que, si yo no soy capaz de hacer alguna cosa, el resto tampoco lo será,  y entonces es cuando te llevas la «sorpresa». Pero bueno, también muchas veces el confiar me ha traído buena gente a mi lado, así que creo que merece la pena.

Mi tercera manía, ayudar a quienes siento que lo están pasando mal, otra de las cosas por las que de vez en cuando me he llevado un «zasca», pero igual, otra de las cosas que no puedo evitar, puede conmigo ver que alguien está pasándolo mal y no hacer nada para intentar animar (aún así muchas veces me muerdo la lengua o miro para otro lado, principalmente por no molestar y que me llamen pesada).

Tengo muchas más, seguro, y si le preguntáis a quien me conoce incluso tendré más de las que yo vea. Pero estas son las más importantes.

Una más, fotografiar los amaneceres en el mar…

B.D.E.B.