Su deseo…mi temor

Su deseo…mi temor

Desde hace tiempo he querido retrasar el momento de que mi hijo mayor cumpliera uno de sus deseos y hoy ha llegado el momento de que lo tenga ahí, al alcance de su mano. Su deseo y mi temor a la vez,  una moto.

Cuando cumplió los dieciséis años se sacó el permiso de ciclomotor y, para evitar la moto, le compramos un cochecito de esos sin carnet (algo que tampoco me gustaba, pero lo veía más seguro, llevaba paredes). Él estaba contento, pero aún así siempre decía que más adelante tendría una moto.

Llegaron los dieciocho y se sacó el carnet del coche, yo me quedé sin el mío, no me importaba porque prefería estar compartiendo a la moto. Pero hace unos meses se sacó el permiso de la moto, con la excusa de que lo necesitaría más adelante para su futuro trabajo.

Este verano comenzó a trabajar en la empresa y así sufragar sus gastos mientras continúa con sus estudios, y decidió ahorrar para comprarse la moto…

Fue a verla y la reservó, le dijeron que tardaba unos meses, y ahora ya ha llegado el momento, esta tarde le tengo que acompañar a firmar. Hay quien me dice, «bueno se la va a comprar porque tú quieres»…

¿Acaso hay otra opción? He ido retrasando la situación lo más que he podido, yo les tengo pánico, pero cuando era una adolescente me subía a ellas también, así que ahora me tengo que poner en el lugar de él y lo único que puedo hacer es pedirle que tenga cuidado y cabeza.

Para más inri, tengo a uno de mis sobrinos y a su pareja que son fanáticos de las motos y han ido aconsejándole en todo lo que ha necesitado.

Así que en un ratito me tocará tragar mis miedos y disfrutar de su felicidad, ha trabajado y seguirá haciéndolo para comprarla, sabía que yo no lo iba a hacer pero no puedo negarle mi ayuda en aquello que siempre ha soñado por culpa de mis miedos…

B.D.E.B.

Compartir con…(tigo)

Compartir con…(tigo)

Hoy he leído una frase «Te he traído a mi lugar favorito, ahora ya sabes lo que significas para mí», y me ha hecho pensar, por el simple hecho de que yo también tengo ese lugar favorito, en muchas ocasiones lo he comentado y también he subido fotos desde allí.

¿Lo compartiría? Por supuesto que sí, con vosotros lo he compartido «gráficamente» pero no es lo mismo, si que lo compartiría con algunas personas, aunque algunas de esas personas me acompañarían a otros sitios pero allí lo dudo mucho, al contrario que a mí no les gusta nada la playa.

Si me centro en quienes sí que les gustaría compartir ese lugar, se me ocurren algunas personas (no tantas). Lo compartiría con una amiga que adora el mar tanto como yo, que en alguna ocasión ha sido compañera de paseos. También lo compartiría con alguien que le prometí en su día, cuando venga con tiempo, un paseo por la playa y un ratito de confesiones en mi lugar favorito.

Y por supuesto con quienes adoren el mar al igual que yo, sentarse y sentir la brisa acariciando el rostro, que sea capaz de permanecer en silencio escuchando el del mar. Quien me acompañe a dejar la mirada perdida en el horizonte, allá donde el mar se junta con el cielo, quien sea capaz de abrir su corazón y compartir sus secretos, que sus palabras sean abrazos para las tuyas, que una mirada sea suficiente para saber lo que hay dentro, quien con su sonrisa sea capaz de conseguir una tuya.

Compartir no sólo con quien es, compartir con quien está.

¿Te animas?

B.D.E.B.

Quisiera

Quisiera

Quisiera mirarte a los ojos y ver ese brillo,

ese que refleja la felicidad interior

Acurrucarme en tus brazos y sentirme protegida

Escuchar tu corazón palpitar a mil por hora,

como lo sentía…

Quisiera un paseo por el mar, contigo a mi lado

Las olas mojando nuestros pies,

una pareja de huellas marcadas en la arena

Quisiera sentarme a tu lado

y apoyar la cabeza en tu pecho,

y que me prometas, que todo irá bien

Que las noches en tu compañía fueran eternas,

y despertar cada día contigo a mi lado

Quisiera que volvieran los sueños y terminaran las pesadillas

Quisiera sentir tus dedos acariciando mi piel

Que los días fueran más largos cuando estoy a tu lado

No quisiera…

quiero, ¿y tú quieres?

B.D.E.B.

Equivocarme

Equivocarme

Sugerencia de escritura del día
¿Confías en tu intuición?

La respuesta sería sí, sí confío en mi intuición, tanto que a veces me gustaría equivocarme, pero pocas veces ocurre.

Me traslado a diciembre del año pasado, desde navidades que me sentí muy culpable de pasarlas lejos de aquí porque estaba segura de que sucedería algo (más tarde sucedió) y sólo espero que se quedara en aquella parte y no pase la segunda. Llegó fin de año y brindé por un 2024 lleno de buenos momentos (a sabiendas que no iba a ser así) y ya lo dije ayer, no ha sido el mejor año.

Es sólo uno de los ejemplos, quizás el más cercano, pero sí, mi intuición no suele fallar, a veces hasta me niego a intuir las cosas, prefiero pensar en otras, no pensar en lo que pueda o no pasar, en si va a ser mejor esto o lo otro, simplemente hacerlo. A veces hacer hasta lo contrario por si acaso.

No me suele fallar en los hechos pero tampoco con las personas, ¡ojo! No soy de juzgar a la gente, pero si intuyo muchas veces quien se va a quedar en mi vida y quien no, suelo acertar también, aunque a veces me ha fallado y ha dolido (hay quienes se saben poner muy bien una máscara).

Lo malo de todo esto es que a veces seguimos haciendo cosas aún a sabiendas de que no es la mejor opción y que tarde o temprano pasará eso que tú ya sabes que va a pasar, pero a veces queremos alargar lo bueno y después llegará lo malo.

Cuando llegue, nos quedará siempre el recuerdo de lo disfrutado ¿no?

«-Hola pequeña, pareces perdida. Ven, toma mi mano y te llevo a un lugar seguro.

-¿Quién eres?

-Tu intuición»

B.D.E.B.

Olvidar(lo)

Olvidar(lo)

Muchas veces intentamos hacer como que no ha pasado nada, miramos a otro lado, intentamos olvidar las cosas, seguramente evitando que duelan, pero ha pasado, está ahí, lo recuerdas, duele… No es tan fácil como creemos que lo es, solo que nos vamos acostumbrando, ya hace tiempo te prometiste a ti misma no sufrir por ello, dejarlo pasar y el tiempo diría.

¿Realmente lo dirá el tiempo? Porque va pasando y todo sigue igual, nada cambia y de vez en cuando te encuentras de nuevo con la misma situación, esa que ya has pasado tantas veces, esa por la que antes llorabas y ahora no quedan lágrimas, esa por la que «darías un golpe en la mesa» y dirías hasta aquí, pero no sabes por qué, faltan fuerzas, falta valor o sobran…. ¿ganas de volver a lo de antes?.

Es complicado, mucho, y enfrentarse a la semana así hace que la cabeza duela de tanto darle vueltas, hace que el día se torne nublado, al margen de que luzca un sol brillante, hace que quieras acostarte a dormir, a pesar de que te acabes de levantar…

El otro día hablábamos de las ganas de terminar ya este fatídico año, por tantas y tantas razones, ya no quedan muchas fuerzas para aguantar este dos mil veinticuatro, ni siquiera para esa época que tanto me ha gustado como son las navidades. He reído y disfrutado, pero también he llorado, mucho… y llega un momento en que por algunas cosas ya no caen ni lágrimas y ahí es donde te preguntas si ya no duele como antes (mal asunto) o simplemente te acostumbras y no hay dolor.

Intentas olvidar momentos, situaciones y hasta conversaciones, pero las palabras vuelven una y otra vez a tu cabeza, intentas no pensar en ello pero no se puede. Hoy es de esos días, que lamento no poder irme a dar un paseo por el mar y perderme, desconectar de todo y pedirle respuestas que yo no tengo a tantas preguntas que me hago, la principal ¿por qué tiene que ser todo tan complicado?

B.D.E.B.