Día 6: Aburrimiento

Día 6: Aburrimiento

Algo muy usado entre los más jóvenes de hoy en día, tienen de todo y aún así están aburridos. Cuando más se aburren es cuando no tienen una pantalla en la que teclear, leer (no libros), o jugar, en ese momento justo, es cuando el aburrimiento aparece en ellos.

Atrás quedaron las diversiones nuestras, si no habían juegos los intentábamos, cualquier cosa nos servía para pasar el tiempo y el aburrimiento no tenía cabida en nuestras reuniones con amigos.

Hoy todo es distinto, aunque hayan varios, no saben que hacer, «se aburren».

Y nosotros los mayores también sufrimos de aburrimiento, pero de otro tipo.

Me aburren las mentiras, los engaños, las guerras, la violencia. Me aburre la poca empatía, el daño gratuito, quienes no saben estar.

Nunca me causará aburrimiento el sentarme frente a alguien y mantener una conversación, entre muchas otras cosas.

B.D.E.B.

12 comentarios en “Día 6: Aburrimiento

    1. Aunque lo normal es verlos con las pantallas, en ocasiones como hoy, que se sientan en círculo y se ponen a charlar, a bromear, a reírse, la verdad es que gozo de verlos así, cara a cara como tú dices.
      Sonrisas Anita y gracias 😊

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  1. Bueno. Por si llevas una estadística, creo que no es mi caso. El aburrimiento fue patente en toda mi infancia,. Sí alguien conoció el aburrimiento mismo, fue mi yo infantil. Con mis padres en pueblos sin TV en épocas que aún no habían móviles, bajo un sol Inclemente y sin otros niños cerca., era co.i sentí el tiempo deteno, cuando ya sabía leer, el tiempo entre la 1:02 y la 1:04 era media hora. Media hora terrible, lenta, inmóvil, de silencios y ruidos cotidianos.

    Lo extraño, es que la conclusión de mi aburrimiento extremo, es la misma que la de tu imaginación sin límites. Los niños ven mucho el móvil. Hay que dejarles sin él, a la buena de Dios, al invéntate algo,porque no hay nada aquí más que tú.

    Me ha encantado tu reflexión, tanto que como ves, ha generado una en mi. Reflexión en Cadena.

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    1. Yo he tenido suerte de, tanto en la ciudad (que es donde vivía) como en el campo (algunas vacaciones en casa de mis abuelos) siempre he tenido cerca más niños para jugar, porque en el campo tampoco teníamos tv, pero había mil cosas por hacer, hasta coger almendras del almendro. Y como último recurso, un libro siempre me transportaba a otros mundos.
      Me alegro que te haya gustado y de tu visita de nuevo.
      Un abrazo Daniel.

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  2. Parece que la culpa del aburrimiento de los niños la tienen ellos mismos y no debemos olvidar que no sólo educan los padres, educa toda la sociedad y un poco de autocrítica nos viene bien. Pensemos en cada uno de nosotros, que el móvil también se ha convertido en un elemento imprescindible. Creo que entre todos debemos pensar en aportar soluciones. Un saludo y gracias por hacernos pensar.

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