Cuando cae la tarde

Cuando cae la tarde

El día es un bullicio, no paran de llegar barcos llenos de gente, las playas y calas medio desiertas a primera hora de la mañana, se empiezan a llenar de sombrillas, toallas y bolsas, mil colores cubren el suelo y miles de personas se sumergen en sus aguas.

Por las calles pasean, apenas sin fijarse en los pequeños detalles, sólo en las cartas de los restaurantes donde comer y en alguna tienda de souvenirs. Pasan por alto los pequeños altares, la muralla que rodea la isla, la pequeña iglesia, hasta esas figuras de animalitos que hay en el parque.

Pasan por alto esas pequeñas banderas y farolillos, que indican que no hace mucho estuvieron en fiestas.

Y cae la tarde… todos en fila esperan el barco para regresar a sus hogares, y en la isla se quedan los pocos habitantes junto con algunos visitantes que decidieron hacer noche allí y observar ese pequeño espectáculo que también forma parte de la isla.

Y se vuelve a la tranquilidad, a esa que alguien quiere romper, pero no se le permite, ahora llega el momento de disfrutar del descanso, de la isla en forma de hogar, de descansar de ese bullicio de todo el día.

Y mientras observo ese sol caer, mientras me llega esa tranquilidad, recuerdo otro bullicio, no es un ir y venir de gentes, pero si de palabras, si de emociones, de intranquilidad, de pensamientos.

Y cuando por fin todo está en calma, mientras das ese paseo con los últimos tonos anaranjados, mientras respiras esa paz en el ambiente, te preguntas cuando llegará la tuya, te preguntas en qué momento caerá la tarde en tu alma y llegará esa paz a tu interior.

B.D.E.B.

11 comentarios en “Cuando cae la tarde

    1. Imagino que la habrás visitado, yo hacía muchísimos años que no iba y ha sido un fin de semana estupendo, incluyendo esa paz sentida.
      La mía amigo no se cuando llegará, pero en momentos como esos la siento y al menos me sirve para evadirme un poco de la realidad.
      Un abrazo enorme querido amigo 🫂🫂☕️☕️🌊😘

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  1. Tu isla me ha recordado a esa mujer mayor, viuda ya, cargada de nietos e hijos que, un par de veces al año, decide junta a toda la familia, en su casa, claro, que es más grande. Y ahí se plantan todos, niños, mayores, parejas, matrimonios, comen, beben, pasan la tarde, juran eternas promesas de amistad y después de largan, un poco bebidos, dejado todos los platos sin recoger y la cocina hecha un desastre, a la pobre mujer que con sus casi ochenta años tiene que recogerlo todo…

    Un abrazo

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    1. A esa mujer mayor creo haberla conocido yo, ahora la llevan a comer fuera de la casa, tuvo que olvidarse de cómo se cocinaba para que los demás cambiaran…
      Lo bueno de la isla es que tiene «empleados del hogar» que cuando todos se retiran dejan la casa como nueva, esperando la siguiente visita y ella mientras puede admirar esas estupendas puestas de sol.
      Un abrazo querido Beauseant.

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    1. Todas aquellas zonas que hace mucho tiempo eran paraísos prácticamente desérticos, hoy están demasiado saturados, en este caso es Tabarca pero igual pasa con las Fuentes del Algar y lo peor de todo es que nos lo cargamos esos bellos entornos.
      Lo mejor de la isla cuando atardece y se van los últimos barcos.
      Feliz día y un fuerte abrazo.

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