
En ocasiones, mientras estamos «en nuestro mundo» con la mente en blanco o soñando con un mundo mejor (que tal como está actualmente es fácil soñarlo) lo que tenemos al frente nos parece tan normal que no nos fijamos mucho en detalles.
Pero llega un momento en que nos despistamos de esos pensamientos porque algo llama nuestra atención y en ese instante decidimos captar lo que tenemos delante, ya sea un pequeño animalito que se desvío de su camino, una concha que encontramos en el nuestro, o unos barquitos perfectamente alineados sin buscar hacerlo.
Sentarse en las rocas cuando acaba el paseo, allí donde solo se encuentra algún pescador y los que pasean acompañados de sus amigos de cuatro patas, es un descanso físico pero también mental, allí solo hay mar y horizonte y esos barquitos. De vez en cuando me encuentro con uno o dos, pero estas últimas semanas siempre hay alguno más. El otro día hablaba del velero, en esta imagen ya se había ido pero quedaron unos pocos más.
Imagino que buscaban esa tranquilidad que se empieza a notar ya a finales de septiembre, ese mar en calma aunque las nubes amenazaban algo de tormenta, no las de la imagen blancas y esponjosas, como aquellas que adornábamos con algodón cuando íbamos al colegio, porque imagino que más de uno lo habrá hecho ¿verdad? Las otras nubes venían detrás, pero finalmente no descargaron ese día, lo han hecho después.
Los navegantes disfrutando de ese mar en calma desde dentro, yo haciéndolo desde fuera pero compartiendo una misma pasión, el mar.
Siempre que llego allí hay momentos para capturar, las olas rompiendo contra las rocas, el sol reflejándose en el mar, el faro un poco más lejano a mi derecha… incluso a veces una servidora con la mirada perdida en el horizonte o inmersa en la lectura de algún libro.
Lugares que nos aportan tranquilidad, que nos hacen fijarnos en los pequeños detalles, que nos invitan a soñar, a desconectar y a veces a hacer esas preguntas que nunca tienen respuestas.
Lo bonito es cuando vuelves a ver la imagen y en ocasiones la observas diferente a como lo hiciste en aquel momento, aunque siempre hay algo en común, te traen de vuelta la misma tranquilidad que sentiste.
B.D.E.B.




