La imagen de la tranquilidad

La imagen de la tranquilidad

En ocasiones, mientras estamos «en nuestro mundo» con la mente en blanco o soñando con un mundo mejor (que tal como está actualmente es fácil soñarlo) lo que tenemos al frente nos parece tan normal que no nos fijamos mucho en detalles.

Pero llega un momento en que nos despistamos de esos pensamientos porque algo llama nuestra atención y en ese instante decidimos captar lo que tenemos delante, ya sea un pequeño animalito que se desvío de su camino, una concha que encontramos en el nuestro, o unos barquitos perfectamente alineados sin buscar hacerlo.

Sentarse en las rocas cuando acaba el paseo, allí donde solo se encuentra algún pescador y los que pasean acompañados de sus amigos de cuatro patas, es un descanso físico pero también mental, allí solo hay mar y horizonte y esos barquitos. De vez en cuando me encuentro con uno o dos, pero estas últimas semanas siempre hay alguno más. El otro día hablaba del velero, en esta imagen ya se había ido pero quedaron unos pocos más.

Imagino que buscaban esa tranquilidad que se empieza a notar ya a finales de septiembre, ese mar en calma aunque las nubes amenazaban algo de tormenta, no las de la imagen blancas y esponjosas, como aquellas que adornábamos con algodón cuando íbamos al colegio, porque imagino que más de uno lo habrá hecho ¿verdad? Las otras nubes venían detrás, pero finalmente no descargaron ese día, lo han hecho después.

Los navegantes disfrutando de ese mar en calma desde dentro, yo haciéndolo desde fuera pero compartiendo una misma pasión, el mar.

Siempre que llego allí hay momentos para capturar, las olas rompiendo contra las rocas, el sol reflejándose en el mar, el faro un poco más lejano a mi derecha… incluso a veces una servidora con la mirada perdida en el horizonte o inmersa en la lectura de algún libro.

Lugares que nos aportan tranquilidad, que nos hacen fijarnos en los pequeños detalles, que nos invitan a soñar, a desconectar y a veces a hacer esas preguntas que nunca tienen respuestas.

Lo bonito es cuando vuelves a ver la imagen y en ocasiones la observas diferente a como lo hiciste en aquel momento, aunque siempre hay algo en común, te traen de vuelta la misma tranquilidad que sentiste.

B.D.E.B.

Tres pilares importantes

Tres pilares importantes

¿A qué ámbitos de tu vida les prestas más atención?

Al ámbito personal, sin ninguna duda, aunque este lo dividiría en tres partes, igual de importantes y que necesito que estén en consonancia para así poder llevar el peso de los otros ámbitos.

Familia, muy importante para mí, sobre todo cuando descubres quienes están dentro y quienes se quedaron fuera (si es que alguna vez estuvieron dentro).

Desde la familia que uno decide crear a la familia que te vio crecer y te ayudó en ello. De los que educas, enseñas y acompañas (codo a codo con tu otra mitad), a los que te educaron, enseñaron y acompañaron, y lo siguen haciendo dentro de sus posibilidades.

Amistades, ¿que decir de ellos? Dicen que a los amigos se les conoce en las malas, y lo único bueno que tienen ciertas circunstancias, es precisamente eso, descubrir que no estás sola y que la palabra AMIGO se escribe así, en mayúsculas porque abarca mucho, te quieren, te aconsejan, te sostienen, te recomponen y se acuerdan de ti, cuidan de que no te sientas sola y tiran de tu mano cuando las fuerzas se agotan.

La tercera es una misma, un ámbito personal que no hay que dejar olvidado, porque está bien que los demás ayuden, pero lo principal es dejarse ayudar y querer salir de ese pozo por difícil que sea. Buscar las grietas donde poner el pie cuando no hay escaleras, mirar hacia arriba y si miramos hacia abajo que sea para ver el trayecto que ya hemos recorrido. Todo ayuda pero la mayor parte la tenemos que poner nosotros, nuestra fuerza de voluntad, cuidarnos física y emocionalmente, esta última parte poner mucha atención, porque la salud mental en ocasiones se descuida.

Prestando atención a esto, creo que lo demás viene ya rodado.

B.D.E.B.

(e)Lecciones

(e)Lecciones

La vida nos va dando distintas lecciones mientras caminamos por ella, se supone que de todas ellas debemos de ir aprendiendo, aunque la verdad, a veces no es necesario que se porte tan mal, si somos un poquito aplicados aprendemos sin que sean duras.

Mientras nos las va enseñando también nos da distintas opciones para elegir, como si se tratara de un examen tipo test, en el que podemos escoger entre «A, B o C» con la diferencia, que esta elección no es que sea la correcta o no, depende de nuestra elección ella nos llevará a un camino u otro y seguiremos aprendiendo más lecciones.

Y a veces es difícil ¿verdad? No sabemos si esa elección es la correcta, la que más nos conviene, o en ocasiones estamos seguros de que es así, pero después con el paso del tiempo desaparece esa seguridad y dudamos si elegimos lo correcto, lo que nos convenía, aunque quizás en aquel momento si era así y ahora ya no…

Lecciones duras y elecciones difíciles, de eso se trata.

«Un día te elegí, creí que era(s) lo correcto.

La vida me mostró (nos mostró) lecciones duras, aprendimos de ellas, nos elegimos de nuevo.

Hubo un tiempo que los caminos se distanciaron, quizás otra lección,  una de tantas.

Aprendí a pelear por aquello que quería, a plantar cara a los fantasmas, quizás eso era lo que tenía que aprender.

Elegí seguir, elegiste luchar

Me elegiste de nuevo a mí«

B.D.E.B.

Velero

Velero

En varias ocasiones he subido en barco, en unos más pequeños, otros algo más grandes, en ferry… pero nunca he subido en un velero y es algo que me gustaría.

Esa sensación de que sea el aire el que te maneje a ti, es un poco como cuando nos dejamos llevar por la vida.

Pasamos mucho tiempo luchando por las cosas, porque salgan como nosotros queremos, tal y como las planeamos.

Ahora toca esto,después toca lo otro y después cualquier otra cosa más. Lo peor es que cuando la vida nos da un revés y no sale todo según imaginamos que debía de salir, nos sentimos perdidos y toca coger de nuevo el timón para conseguir enderezar nuestro destino y no terminar a la deriva.

Pero llega un momento en que nos cansamos y quizás es cuando toca izar las velas y aprovechar el viento que sopla para dejarnos llevar, sujetar un poco el timón para no terminar chocando contra las rocas, pero dejar que sea el viento el que nos lleve al siguiente puerto y no al que nos íbamos a dirigir, quizás en ese encontremos aquello que andamos buscando.

Me gusta el mar, me gusta navegar (aunque no pueda hacerlo a menudo) y espero en alguna ocasión subir a ese velero y que el aire nos lleve a buen puerto.

Ahora quizás sea el momento de izar las velas en la vida y dejarnos llevar un poquito, aunque amenacen tormentas…

B.D.E.B.

Un pequeño pulpo

Un pequeño pulpo

Hoy mientras caminaba observé algo en la arena, un poco alejado de la orilla, inmóvil. Me fui acercando y allí estaba, un pequeño pulpo.

Al principio pensé que estaba muerto, no se movía, así que lo moví yo un poco y fue entonces cuando comenzó a mover lentamente sus tentáculos, no lo suficiente para acercarse a la orilla.

Lo fui empujando despacio pero parecía que se negaba a regresar, quizás estaba enfermo o quizás no quería volver a su hábitat natural. Una pareja se acercó y los tres divagamos que hacer, finalmente el chico lo agarró junto a una montañita de arena y lo introdujo en el mar, al momento no lo vimos, quizás volvió o buscó otro lugar donde «los humanos» no le impidieran salir del mar.

Nosotros nos marchamos con la sensación de haber realizado una buena obra y de haber salvado la vida a ese pequeño pulpo, pero…

¿Realmente fue así?

Hay muchas veces que creemos hacer lo correcto, pero en ocasiones nos equivocamos.

Feliz domingo (aquí nublado)

B.D.E.B.