Refugio

Refugio

De lo que un día fue refugio, hoy sólo quedan ruinas. El techo se vino abajo y ya no sirve de resguardo ante el frío y la lluvia, hoy no tenemos donde resguardarnos, si llueve el agua calará hasta nuestros huesos y el frío helará incluso nuestra alma.

A alguien no le pareció importante cuidarlo, repararlo cuando comenzó a derrumbarse, intentar con paciencia reconstruir, era más sencillo dejar que se viniera abajo.

Aún con su derrumbe, con las tejas caídas en ese suelo lleno de ramas, de cascotes de cemento, aún así, conserva su belleza, su estructura de aquello que un día se vio bonito, que sirvió para resguardar a tanta gente que por allí decidió pasar.

Hoy, en medio de ese derrumbe, aún queda su esencia y en su interior, alguna de sus esquinas todavía sirve para resguardar a quienes aún necesitan de ese refugio, sus paredes abrazan y susurran,»quédate conmigo».

B.D.E.B.

8 comentarios en “Refugio

  1. Saludos BDEB. Tu escrito me llegó al corazón. Hay una melancolía profunda, pero también una ternura que hace que uno sienta que, incluso en medio del abandono, queda algo que abraza y protege. Logras transmitir muy bien ese sentimiento de pérdida mezclado con la belleza que aún persiste. Una entrada maravillosa. Saludos nuevamente.

    Le gusta a 1 persona

    1. Muchísimas gracias Alain, me alegra mucho saber que te ha llegado.
      Todo aquello que un día fue refugio creo que siempre tiene algo que lo sigue siendo. Siempre hay algo (alguien) que nos sigue abrazando y nos hace sentir que no estamos solos.
      Un abrazo.

      Le gusta a 1 persona

  2. Cada casa levantada es el sueño de una o varias personas, un hogar, un refugio, un montón de historias.. cuando se derrumban todo eso se pierde. Me producen mucha tristeza ver esas ruinas, tanto esfuerzo convertido en nada.. supongo que eso es la vida.

    Le gusta a 2 personas

    1. Las casas se levantan con la esperanza de que se conviertan en hogar, aunque no siempre se consigue…
      Este era un refugio de pescadores, de los tres este es el que peor suerte había corrido aunque me temo que los otros dos correrán la misma si nadie lo remedia.
      Tendemos a que cuando algo ya no «sirve» echarlo a la basura o dejarlo abandonado y es triste, muy triste…
      Mira que yo me hubiera acurrucado ahí, en una esquina de ese refugio y con el sonido del río de fondo, seguro que llegarían a la mente mil historias…

      Me gusta

Deja un comentario