Brillo que desaparece

Brillo que desaparece

Era primera hora de la mañana, el sol comenzaba a calentar y la niebla se resistía a abandonar las montañas, desde el vehículo se veía un bonito paisaje pero no era posible parar a capturarlo, así desde allí mismo tomé la imagen, salió un poco distorsionada, pero días más tarde apareció esta otra, me pareció bonita y la guardé, no era la mía, estaba transformada, no estaba ese brillo que había esa mañana, se había tornado gris, como si el día también lo hubiera sido.

Y en ocasiones pasa eso, un día amanece con un sol radiante y conforme va avanzando se convierte en un día gris, lleno de nubarrones que después se convierten en tormenta, pero no de una fina lluvia, una tormenta de esas que hacen lleguemos a casa completamente empapados y con el frío metido en los huesos.

Otras veces pasa justo lo contrario, el día amenaza con lluvia y de repente desaparecen esas nubes para lucir un sol radiante.

Un poco de magia sirve para cambiar una imagen, pero cuando hablamos de imágenes más reales, como esa persona que tienes enfrente, con unos ojos preciosos pero una mirada triste, es precioso ver como aparece alguien o le nombras algo en esa conversación que mantienes y de repente esos ojos cobran vida, vuelven a brillar, a mostrar ese bonito color que tienen y te recuerdan aquel tiempo en el que brillaban continuamente.

B.D.E.B.

4 comentarios en “Brillo que desaparece

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