Y siguiendo con el paseo de ayer (hay días que un simple paseo da para mucho), cuando llego a ese lugar que se ha convertido en un rinconcito, una extensión de este «rincón para pensar», mientras café en mano observo el horizonte, ese pequeño velero al fondo, esas montañas, los recuerdos y pensamientos revolotean en mi mente.
Por un momento me gustaría que se quedara quieta, que no se pusiera a sobrepensar. Intento llevar las riendas de los pensamientos y pensar en todo lo que me espera este mes, celebraciones, cumpleaños, el de dos amigos muy queridos, el de alguien que me decepcionó, el de mi sobrino, y los noventa de mi padre el mismo día que yo, bueno, yo el mismo día que él. Noventa ya, un número que se dice rápido pero cuantas vivencias caben en esos años ¿verdad?
Pero por mucho que intente llevar la mente a todo eso, ella me ignora, va a la suya y vuelve a darle vueltas a lo mismo. Ya ni esos ratitos tan míos me pertenecen. Intento hacer caso a todos pero ella no me hace caso a mí.
Así, me entretengo en tomar más fotografías, sin pensar que luego serán ellas las que me recuerden aquello que intentaba dejar de pensar.
Leo un poco, escribo otro poco intentando alejar todo y después comienzo con el paseo de regreso.
A la vuelta se van poniendo unas nubes más, algunas ya no son bonitas como las del amanecer, amenazan lluvia. Me da tiempo a llegar a la cafetería.
Mientras espero el desayuno empieza una lluvia fina, apenas dura unos minutos, suficiente para dejar el corazón mojado.
B.D.E.B.
Un rincón para pensar 
El corazón regado, para que puedan terminar sentimientos renovados amiga, para acompañar todos esos eventos y tus paseos. No hace falta pensar más, ni secarse🫂🫶🌊😘☕🌛
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Ojalá y así sea amigo. El sobrepensar no ayuda nada y tendría que estar en lo importante y lo que realmente nos llena y hace bien, pero la mente es muy poderosa y en ocasiones no se deja manejar como nos gustaría.
Aún así espero que este mes los buenos momentos superen a los malos. 🫂🫂☕️😘💙
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Para mi, el escribir, el hacer fotos.. son formas de acallar esa vocecita que todo el rato anda como un niño pequeño, señalando cosas, moviendo otras, tirando de la manga de la chaqueta para ser escuchada, mirada, atendida… un poco insoportable, a veces, ¿verdad? Pero, haces una foto, escribes unas líneas y parece que se acalla…
Y, luego, aparece la lluvia que lo borra todo…
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¿Sabes? Cuando paseo por el mar siempre he podido acallar esa vocecita, quizás por eso lo visito siempre que puedo pero esta última vez no pude con ella y es que hay algunas veces que se hace demasiado insistente. Supongo que cuando todo se alarga es más complicado aún, creo que voy a necesitar de mucho mar, de muchas fotografías y de mucha escritura…
Un abrazo Beauseant y gracias
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Esas nubes que fotografías te dan para darle tregua a la mente, así es. Y te inspiras bien, yo quizá no tanto también puede ser que tenga como tu «preocupaciones» y también obligaciones, que no permiten acudir a las teclas tanto como quisiera. Habrá que hacer un receso y volver más asiduamente a las teclas, claro que la inspiración también es un factor importante. Buena tarde. Un abrazo.
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Fíjate que en mi caso casi son las preocupaciones las que me hacen pasar más tiempo aquí, mientras escribo, aunque en ocasiones suelte lo que siento, me escapo un poco de todo ello. Escribo leo, comento o respondo comentarios y ahí distraigo la mente de lo cotidiano.
En ocasiones las imágenes son las que me inspiran y de esas tengo unas cuantas.
Un abrazo Paz.
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