Tradición y sentimiento

Tradición y sentimiento

Hoy, cuando los niños ya se han hecho grandes, sigo reviviendo esa ilusión que siempre me contagió mi padre. Mi madre vivía las fiestas de otra forma (ahora si no es porque se lo recordamos para ella son unos días más) pero mi padre siempre las ha vivido con esa ilusión que intentaba contagiar a todos, primero sus hijas y después sus nietos, y lo sigue haciendo.

Recuerdo a mi padre desde que era una niña montando ese árbol de Navidad y a los pies un pequeño nacimiento. No había año que no lo hiciera y tanto de niña como cuando dejé de serlo, siempre le ayudaba.

Dejé de ayudarle a él cuando tuve mi propia casa, mi propio árbol y mi nacimiento. Pero seguí su costumbre y cada año entre el seis y el ocho de diciembre, con la misma ilusión como cuando lo hacía con él, he montado ese arbolito y lo he decorado con paciencia y cariño recordando aquellas imágenes y aquellos momentos.

Después llegaron los niños, primero el mayor, después el pequeño y colaboraron conmigo en esa tarea, con la misma ilusión que yo tenía. Trajeron sus figuras hechas en el colegio y no importaba que no «hicieran juego» con los adornos que habían, tenían su sitio allí, en ese arbolito y eran los adornos que lucían más bonitos.

Más tarde el mayor dejó de acompañarme en la tarea pero el pequeño continuó, en los últimos años era él quien, subido a una silla» colocaba el último adorno coronando el árbol, pero también se ha hecho mayor… este año ha sido tarea mía, pero con la misma ilusión.

Una ilusión que se vive desde niña, que la sigues viviendo de adulta, porque cuando voy a casa de mis padres, a sus noventa años sigue montando ese pequeño arbolito con el nacimiento a sus pies, los nietos también crecieron, ahora llega el turno de la bisnieta y por supuesto de no perder ese espíritu navideño que tanto le ha gustado.

Hoy me doy cuenta que él siempre me contagió ese sentimiento por las fiestas, por las celebraciones, ese sentimiento de compartir, de acoger, de hacer que otros se sientan arropados, hoy entiendo que lo que soy, lo que siento, en gran parte se lo debo a él, porque de lo que vemos y vivimos, de las ilusiones y emociones que nos contagian terminamos haciéndolas nuestras, formaron parte de nuestra infancia y adolescencia y a día de hoy las mantenemos porque nos enseñaron a amarlas.

Hoy mientras montaba el arbolito, recordaba esos momentos, ese pequeño arbol con bolas de mil colores, ese pequeño nacimiento a sus pies y sobre todo, ese brillo en los ojos de mi padre ilusionado de celebrar junto a su familia estas fiestas.

Hay tradiciones que perduran en el corazón y no se deberían de perder.

B.D.E.B.

4 comentarios en “Tradición y sentimiento

    1. Hoy ha tocado el arbolito y después visita al vivero, mañana seguiré con el nacimiento y algunos detallitos más, que esas tradiciones vivan en nosotros por mucho tiempo. Hoy visité por primera vez el nacimiento gigante de mi ciudad, llevan varios años montándolo y han tenido que venir unos amigos de fuera para visitarlo, pero sin embargo en casa me nace todo aquello que me enseñaron.
      🫂☕️🎄😘

      Le gusta a 1 persona

  1. Me encanta como transmites esa ilusión que nunca se ha de perder. Todos hemos pasado por ahí, pero cuando el tiempo pasa y van quedando demasiadas sillas vacías, los hijos se van y el tiempo no es que te arrincone, pero te debilita, entonces la ilusión se resquebraja, aunque quede siempre allí donde siempre permanece. Ya solo coloco el misterio, los árboles los tengo fuera. Buen día. Un abrazo.

    Le gusta a 2 personas

    1. Cierto, sé que llegará un día en que no será lo mismo y ese día tendré dos opciones, o plantar ese árbol en su recuerdo o perder esa ilusión. De momento evito pensar en ello y vivir el presente aprovechando esa ilusión mía y de ellos.
      Feliz domingo.
      Un abrazo enorme.

      Le gusta a 1 persona

Replica a BDEB Cancelar la respuesta