
La invención más importante de tu vida es…
Seguramente la lista sería bastante larga, muchas invenciones importantes y algunas de ellas si nos las quitaran, iba a ser complicado nuestro día a día.
Pero entre muchas voy a quedarme con la comunicación en la distancia, ahí en la palma de tu mano. Ya sea a través de una llamada, de un lugar como este, de las redes sociales, o de las mensajerías instantáneas. Y de todas, pues esta última, llámese WhatsApp, Telegram o WeChat (que después de seis años, voy a volver a usarla).
Siempre he preferido, y sigo prefiriendo las llamadas, no soy mucho de mensajes (a pesar de que me guste escribir), un mensaje se me queda corto, frío, a veces incluso se malinterpreta y para evitarlo y ayudar a que se sepa nuestro estado, lo acompañamos de un emoticono, aún con esas, creo que no termina de expresar bien lo que queremos decir, salvo que sea para acordar algo (una cita) o para informar de algo, o preguntar… cosas así bien, pero para hablar prefiero las llamadas, aunque ahora también están los audios y es algo que me gusta, porque algunos de ellos son para ponerlos en bucle en momentos de bajón.
Y curiosamente me estoy acostumbrando a enviarlos, porque a veces no se puede realizar esa llamada que te gustaría y es lo más parecido, escuchas a esa persona y la otra persona te escucha a ti, te puedes explicar mejor, se nota el tono de la voz y si te ha gustado el mensaje, puedes volver a escucharlo.
Y bueno, también están las videollamadas, no me apasionan la verdad, pero de vez en cuando (muy de vez en cuando) también he realizado algunas.
Lo que más me gusta de estas últimas es ver la sonrisa y mirar a los ojos aunque sea a través de una pantalla, lo que menos, que muchas veces ves a la persona ahí y te gustaría abrazarla, pero no puedes hacerlo.
B.D.E.B.
