
¿De qué manera un fallo (o un aparente fallo) te prepara para un próximo éxito?
Hoy voy a darle un par de vueltas a la pregunta. Más que hablar de fallos que nos enseñan a llegar al éxito, voy a hablar de cuando fallamos e intentamos arreglar ese fallo o error, que hemos cometido.
Ayer sin querer cometí un error con el chico, ofrecí unos pequeños croisants que le había comprado, pensando que no se los iba a comer y cuando fue a buscarlos, no los encontró, así que le prometí que hoy enmendaría mi error y no se los iba a comprar, se los prepararía yo con todo el cariño. Esta tarde me puse manos a la obra y ahí están, el contento me lo ha agradecido y yo feliz de haber arreglado ese pequeño fallo.
En este caso ha sido una pequeña cosa, sin apenas importancia, pero que si nos hemos equivocado, tenemos que darnos cuenta e intentar solucionarlo, porque no siempre son unos «croisants» que hemos quitado de merienda, la mayoría de veces son cosas que duelen, que seguramente también hacemos sin darnos cuenta (porque si se hace a cosa hecha, no sé si hay manera de arreglarlo) y cuando nos damos cuenta de que a la otra persona le ha molestado, le ha dolido, es momento de intentar enmendar ese fallo y hacer que esa persona sepa que te arrepientes y no quieres verle mal.
Me equivoco no sé si muchas veces o algunas, porque es cierto que siempre voy con cuidado de no dañar a nadie (prefiero antes que me duela a mí) pero sin darte cuenta puede ser que lo hagas y si llega ese momento, es importante reconocer ese fallo o error y solucionarlo para que nadie sufra ni se estropee una relación, ya sea sentimental, de amistad o familiar.
Cuando arreglamos ese fallo, si conseguimos «el perdón» de la otra persona y sobretodo no haberle dañado profundamente, ya tenemos nuestro éxito, porque la mayoría de fallos se pueden arreglar, algunos cuestan más que otros.
Y cuando estás del otro lado, es decir, alguien te falla a ti y se da cuenta de ello, intenta por todos los medios enmendar ese error o errores, esas veces que te ha decepcionado, que te ha hecho daño sin querer hacerlo y se esfuerza por intentar curar esas heridas y verte feliz por todos los medios, seguramente te toca dar una oportunidad cuando ves que la intención sale del corazón.
Así que amigos, vamos a intentar fallar lo menos posible, si lo hacemos que sea sin querer hacerlo, pero reconociendo el fallo y poniendo solución, así conseguiremos el éxito, con nosotros mismos y con aquellos que queremos en nuestra vida.
B.D.E.B.
