Detrás de las letras

Detrás de las letras

Cuéntanos algo que la mayoría de la gente probablemente desconoce de ti.

La mayoría de la gente desconoce de mí que escriba y mucho menos este lugar.

Lo creé sin saber nadie nada, solo el amigo que me trajo hasta aquí, y fue casi un año después cuando me «atreví» a contar a través de una historia de este lugar. No a todo el mundo, a mi compañero de vida y a una de mis mejores amigas.

Ayer se cumplían tres años de la creación de este lugar, y a día de hoy son pocos más los que saben de él y de que escriba.

Es curioso porque luego aquí me descubro ante todos, creo que muchos sabéis más de mí que la gente de fuera, pero también creo que quienes están aquí es porque les gusta de alguna forma lo que leen y fuera a veces es más complicado acercarse a alguien y querer conocerle a fondo. También aquí es más sencillo que fuera el explicar y soltar aquello que sentimos en ese momento, fuera tienes que estar muy seguro de donde y con quienes lo hacemos.

Hay personas que me dicen que soy muy transparente, así que seguramente poco habrá que en este lugar no se conozca, pero fuera de aquí si que hay personas que desconocen mucho de mí, también yo de ellas, quizás porque no siempre podemos abrirnos y conocer a fondo a todo el mundo, nos acercamos a quienes somos más afines y nos «desnudamos» sólo con quienes nos dan la suficiente confianza para hacerlo.

La timidez ha formado parte muy directa en mi vida y creo que también pueda ser uno de los motivos por el que «esconda» mis emociones y sentimientos detrás de las letras y que no todo el mundo tenga acceso a ellos.

B.D.E.B.

Mi «yo» divertida

Mi «yo» divertida

Sugerencia de escritura del día
Cuéntanos algo que la mayoría de la gente probablemente desconoce de ti.

Desde pequeña mi timidez se apoderaba de mí, era incapaz de pedir nada si no era a través de mis padres, ni siquiera en casa de mis tíos, cualquier cosa de comer, de jugar, lo que fuera, siempre a través de ellos y no porque a mis tíos los viera poco, al contrario, siempre andábamos toda la familia muy unida a pesar de ser muchos.

Conforme fui creciendo la timidez se diluyó un poco, aún así siempre fui callada, observadora y de ponerme roja cómo un tomate si me echaban algún piropo. Ya en el instituto empecé a ser «yo misma» en el círculo más cercano, hablaba un poco más y hasta me bromeaba con mi gente, pero hasta que no cambié a otro instituto a hacer un grado superior, no pegué el cambio.

Cuando llegué allí todo era nuevo para mí, pero en breve me hice con ello, creamos un grupo que consiguió que sacara mi parte divertida, siempre alegre, la timidez apartada a un lado, hablaba con todos, reía, bailaba, cantaba,… todo aquello que me daba una vergüenza para morirme, con ellos era completamente distinto, quizás porque me animaban siempre para participar en todo y el no hacer todo aquello me hubiera hecho sentir diferente al resto, o quizás porque descubrí otra «yo» que había estado oculta durante mucho tiempo, una divertida, alegre, bromista…

Creo que fue la mejor etapa de mi juventud, todos mis amigos notaron el cambio, hasta mi (por entonces) novio, seguía siendo yo pero con más alegría.

Llegó un día que ciertas personas chafaron todo eso, y a partir de ahí empecé a ponerme una coraza y sabes que no podía comportarme así con todo el mundo, porque esas situaciones había quienes las ridiculizaban y eso me hacía sentir mal, así que aprendí que dependiendo de la compañía, no siempre puedes ser tú, a veces tienes que sacar el lado más serio pero sólo porque no estás con tu gente.

A esa pregunta del día, «Cuéntanos algo que la mayoría de la gente probablemente desconoce de ti», no sé si exactamente será la mayoría, (puede que si) pero lo que gran gente no conoce es mi lado divertido, ese de reír hasta que nos duele la mandíbula, el de cantar, bailar y lo que sea necesario, ese lado bromista, el de soltar algunas «chorradas» de vez en cuando para que la gente se ría contigo, no de ti.

Ese lado lo oculté aquél día y sólo los más cercanos, los que no me fallan, los que siempre están, mi gente, sólo a ellos se lo dejo ver, ellos saben quien soy y como soy, en las buenas y en las malas, y ahí siguen.

De aquellos compañeros perdí el contacto, pero me quedó ese descubrimiento de mi «yo divertida».

B.D.E.B.

*Esta canción era el «himno» de esa pandilla, no podíamos salir de fiesta sin bailarla, cada vez que la escucho me viene a la cabeza la imagen de mi amigo Vicent con su melena al aire cantando y bailando.