Dejar de sobrepensar

Dejar de sobrepensar

Sugerencia de escritura del día
¿Cuál el mayor riesgo que te gustaría correr, pero no te atreves?

Algunos días amanecen un poco extraños, el sol sale y brilla con fuerza, pero por otro lado una nube cubre el cielo y en el suelo podemos ver la sombra de esa nube, la oscuridad que provoca. Pues en nuestra vida pasa lo mismo, despiertas un día brillando pero una parte de ti está en esa oscuridad que provoca la nube.

Esos días intento hacer un balance de las cosas buenas y las malas, la balanza sé perfectamente hacia el lado que se inclina y entonces intento meterme en la cabeza que si hay más cosas buenas que malas, habrá que disfrutarlas ¿verdad? es sencillo, seguramente muchos cambiarían por estar en mi lugar y no debería de «quejarme», pero aún así hay cosas que nos pesan demasiado y que no podemos soltarlas porque vuelven una y otra vez.

Te levantas queriendo comerte el mundo, pensando en todas y cada una de las cosas que están ahí, a tu alcance, todo lo que viene por disfrutar, todas las personas que hay alrededor tuyo para hacerlo, algunas cosas que hece un par de semanas preocupaban ahora preocupan menos, las buenas noticias del chico que son mucho mejores para ti porque solo piensas en la felicidad de ellos, y aún así, ahí está esa sombra, esa nube…

Supongo que la vida es así, siempre tiene que haber algo que enturbie un poco y que no permita que la felicidad sea completa, siempre dudo que exista porque no creo en la perfección absoluta y no creo que ninguna vida llegue a ser perfecta, solo se asemeje, se acerque a esa perfección, a esa felicidad absoluta.

Me gustaría atreverme a ser más impulsiva, a no sobrepensar, a disfrutar del ahora al máximo sin que nada ni nadie le haga sombra y quizás intento atreverme pero creo que no lo hago con la fuerza necesaria y eso no es atreverse, es solo intentarlo.

El problema es que cuando llevas toda la vida (desde que tengo uso de razón) sobrepensando todo, a estas alturas es muy difícil cambiarlo (ayer hablaba de cosas que no quería cambiar y esto sin embargo lo cambiaría con los ojos cerrados) siempre se queda en el intento.

Así cuando un día amanece con esa pequeña nube, no queda otra que correr hacia el lado del sol y solo acudir a ella si necesitamos un poco de sombra.

Vivir diría que ya es un riesgo, la vida nos pone muchas piedras y obstáculos en el camino, algunos imposibles de esquivar, lo importante es levantarse después de cada caída y seguir caminando.

B.D.E.B.

Cara a cara…

Cara a cara…

¿Cuál el mayor riesgo que te gustaría correr, pero no te atreves?

No es un riesgo, o quizás sí, pero hay ciertas cosas que me hubiera gustado tener el valor de decir a ciertas personas cara a cara, a esas personas que un día me hicieron daño, para hacer sufrir a otros, porque no importa a quién se lleven por delante para salirse con la suya.

El problema de dejar que la gente te conozca es que después saben atacar donde más duele, porque hay personas que disfrutan con ello, con dañar y jactarse de hacerlo, algo que nunca he entendido y quizás por ello nunca he podido ni podré, ponerme cara a cara y preguntar el «por qué» de hacer estas cosas.

La primera vez que me hicieron daño hace ya unos doce años y prometí no volver a tenerlos en mi vida, un arrepentimiento al cabo de los tres años me hizo romper mi promesa y tragarme mis palabras, no por mí, por esa persona que me lo pidió y no me pude negar.

Sabía que pronto o tarde volvería a pasar, quien es malo de verdad lo seguirá siendo el resto de su vida. No me equivoqué, sólo tuvieron que pasar cuatro años más para que volviera a atacar, esta vez más fuerte, con más ganas y rematando lo que un día se quedó a medias.

Intento ver el lado positivo de ello, ya están fuera de mi vida y esta vez para siempre (no hay persona que me haga cambiar de opinión) pero aún así me gustaría tener el valor suficiente para ponerme delante de ellos cara a cara y decirles lo que realmente opino de ellos. Aunque realmente después lo pienso y no merece la pena, sería darles a demostrar que se salieron con la suya, que me hirieron tanto o más de lo que se propusieron y lo más probable es que yo me pusiera a la altura de ellos y eso no va conmigo, aunque nunca me he sentido mejor que nadie, mala no soy ni quiero serlo.

Entre nosotros, si hay algo que me fastidia (por no decir otra palabra peor) es «tener miedo» a cruzarme con esas personas, a que cuando esto pasa me ponga nerviosa y mi día se torne nublado. ¿Triste verdad?

Ojalá algún día pueda pasar por su lado como si fueran dos desconocidos, creerme que lo intento pero no lo consigo.

B.D.E.B.