Compañero de vida

Compañero de vida

Describe a un miembro de la familia.

En diferentes ocasiones he ido describiendo a miembros de mi familia, padre, madre, hermanas, tíos y abuelos y a mis dos hijos. Hay alguien que siempre quedó en la sombra, creo que alguna vez lo he nombrado pero nunca lo he descrito, quizás porque hubo un tiempo en el que igual no lo hubiera hecho de la forma correcta, porque a veces cuando no pasamos por la mejor de las situaciones, vemos más lo malo que lo bueno de las personas, aunque está claro que lo bueno siempre ha pesado más y ese es el motivo de que siga a mi lado y yo al suyo.

Amigo, compañero, sensible, cariñoso, bromista, cascarrabias, alegre (a pesar de las circunstancias, siempre intenta estarlo), complaciente, buen padre… la lista es larga, ¿tiene sus defectos? Sí, todos los tenemos pero de eso hablaba antes, hace un tiempo lo puse todo en una balanza y lo positivo venció con creces.

En una convivencia larga creo que poco se puede ocultar, todo acaba saliendo y los defectos creo que casi salen antes, nunca es un camino de rosas, siempre hay piedras y espinas, hay que esquivar, saltar y de la mano de alguien se hace más llevadero.

Me cautivó su desparpajo (el que a mí me faltaba) su alegría frente a todo, su «cara» a la hora de conseguir lo que se propusiera, siempre con gracia, extrovertido al contrario que yo, siempre bromeando con todos y haciendo rabiar a todo aquel que aprecia y el día que no lo hace saben que algo pasa.

Da todo lo que tiene y no pide nada a cambio, a veces hasta yo le digo que se pasa de bueno porque hay quienes no llegan a apreciar lo que ha sido capaz de hacer, y eso casi me duele más a mí que a él. No le importa, todo lo perdona y creo que en ocasiones (la gran mayoría) hasta lo olvida.

Una gran virtud, que a veces podría ser un defecto, su sensibilidad y hay quienes lo han aprovechado para hacer cosas en su contra. Yo lo veo desde fuera y me duele, pero estoy casi segura que con dos palabras que le dijeran lo perdonaría todo.

¿Entendéis ahora lo de la balanza?

Son casi treinta y cinco años a su lado, dan para mucho y a pesar de esos momentos en los que hubiera cogido una maleta y me hubiese ido bien lejos, reconozco que me quedé porque siempre me ha hecho sentir lo importante que soy en su vida, ha hecho lo posible porque la mía fuera mejor, porque no me faltara de nada, sobre todo amor, porque siempre hay una mirada, una sonrisa, una caricia un «te quiero», siempre ha habido casi diría que más de lo que yo he dado, porque cada uno queremos de manera distinta pero lo importante es seguir haciéndolo.

Somos polos opuestos en muchas cosas pero un día decidimos remar juntos en este mar.

Tiene un defecto muy grande, no le gusta la playa… ya sabéis, nadie es perfecto 😉

B.D.E.B.

De nuevo ella…

De nuevo ella…

Describe a un miembro de la familia.

Estoy segura que os podría describir a muchos miembros de la familia, algunos de ellos ya los he descrito en varias ocasiones, pero tenía que ser de nuevo ella, mi madre.

Ayer volví a estar con ella, y era la primera vez que nos veíamos desde que hace unos días empezó a ir a una residencia de día. Algo que se había vuelto necesario para que mi padre tuviera un poco de descanso, los años no perdonan y él es quien lleva el mayor peso de la enfermedad de ella.

Había hablado varias veces por teléfono con ella, pero suele ser conversaciones cortitas, así que ayer le estuve preguntando que tal le iba y empezó a contarme. Estaba feliz, entre otras muchas cosas, gimnasia, manualidades,… les dan dibujos para pintar y las chicas le habían felicitado por lo bien que lo había hecho. Nos contaba a mi hermana y a mí que pintaba por el bordecito, sin salirse y que lo hacía con mucho cuidado, lo que más le alegraba era la felicitación de las chicas y se le veía también orgullosa del trabajo que había hecho, me lo repitió unas cuantas veces y no me importaba porque estaba feliz, no veía a mi madre, parecía una niña que me contaba lo bien que le había ido en el cole.

Y es que vuelven a eso, a ser como niños, a ilusionarse con las cosas sencillas, a dejar que otros decidan o les digan que tienen que hacer, a cambiar los roles. Pero verla contenta es lo que realmente importa, porque ahí también estoy yo feliz.

Luego ya llegan los momentos de acordarse de lo que ella no recuerda, de mostrar una foto y que no recuerde quiénes están en ella, de preguntar por la hermana que perdió hace ya unos años, de decirle a mi hermana»¿sabes? yo tengo tres hijas,  sin darse cuenta de que ella es una de las tres…

Ayer noche le contaba a mi amiga y le decía una cosa que es lo único que me aterra, si llega ese día en que ella no sepa quién soy, ese día se que el mundo se me va a venir abajo y lo curioso es que conforme la enfermedad va avanzando ella está más feliz, más tranquila.

Quizás eso es lo único que importa.

B.D.E.B.