Esta foto fue la que hizo que supiera que tenía que formar parte de la familia
¿Qué tiene de bueno tener un animal de compañía?
Nos ponemos en situación, estamos trabajando desde casa, tocan el timbre, abrimos y una mala noticia se cuela por la casa.
Te sientas de nuevo delante de la pantalla, incapaz de ver nada con esa vista «borrosa» y de repente una bolita de pelo negro se acerca hacia ti, se pone a dos patas y con las delanteras te busca para que la cojas al brazo.
Una vez encima, se acomoda en tu regazo y te deshace en mimos, y con sus ojitos negros te mira cómo quien quiere preguntar
Hace casi un año contesté a esta pregunta, es más, aproveché la ocasión para cumplir una promesa a nuestro querido Joiel y contar la historia de la adopción del que fue mi fiel compañero. No sabía que en poco de dos meses lloraría su pérdida, un cáncer fulminante se lo llevó sin llegar a cumplir los cinco años.
El resto creo que lo sabéis, eso me dejó hundida y no veía como levantar cabeza, iba poco a poco haciéndome a la idea pero me sentía sola, mucho, las mañanas en casa se hacían eternas sin él a mi lado.
Y entonces pasó, una cosa llevó a otra y apareció Ares, las mañanas volvieron a tener alegría y las siestas también, y aunque mi recuerdo seguía doliendo mi día a día se volvió más llevadero y lleno de esa alegría que sólo ellos tienen a cada vez que te ven, esos saltitos a modo de saludo, el tumbarse encima para reclamar tus mimos y el darte los suyos a cada momento.
Y cuando estaba ya loquita de amor por él, llegó ella, Hera, una diminuta revolución, todo lo que diga se queda corto seguro.
Ares se hizo mayor de golpe como si supiera que tenía que cuidar de ella, y así lo hace desde el primer día. Ella no para quieta, detrás de una trastada otra y a cambio aprovecha en cuanto me ve tumbada en el sofá, para tumbarse encima mía, ya sea en mis brazos, en una pierna, en el pecho…donde le pille. Si estás de pie da saltitos para que la cojas al brazo y es cariñosa hasta decir basta.
¿Qué tiene de bueno tener un animal de compañía?
Literalmente que te devuelven la vida, su amor incondicional, la nobleza y que siempre están ahí, pendientes de ti y descubren como nos sentimos antes que muchas personas. Se convierten en uno más de la familia, lo peor del 2024 fue perderlo, lo mejor que ellos llegaran a mi vida.
El cariño que sienten hacia tí es incondicional. Cuando llegas es el que te recibe con más cariño, nunca se enfada contigo, siempre está a tú lado. Para mí una de las mejores decisiones que tomamos, adoptar un perro, se ha convertido en mi fiel compañero y ahora si me permitís os voy a contar la historia de su adopción aprovechando que se lo prometí a alguien.
-El niño le tenía pánico a los perros, nunca había tenido ningún altercado con ninguno pero cuando veía alguno siempre se escondía detrás de sus padres asustado y temblando. Su vecina tenía dos perros pequeños y cuando salían a la vez, ella sabiendo de la situación, se esperaba que el bajara para que no se asustara más. Sus padres intentaban explicarle que no pasaba nada, que los tocara, pero no había manera de convencerle y quitarle ese miedo que les tenía.
Unas vacaciones se iban a un pueblo de la sierra de Burgos a ver a sus abuelos y había un pequeño inconveniente, ellos tenían una perrita pequeña y muy juguetona. Sabían que no iba a ser fácil pero tendría que acostumbrarse poco a poco a estar con ella.
El primer día fue complicado, a cada momento estaba detrás de sus padres, si corría aún peor porque el animalito pensaba que quería jugar y aún lo perseguia más. El segundo día fue bastante mejor, ya no se escondía incluso se atrevió a acariciarla por primera vez. A partir de ese momento y para asombro de todos, incluso de él mismo, salía a la calle sin miedo de ninguno de los perros que andaban por allí sueltos, así que su padre le preguntó si quería que adoptaran a un perrito. El pastor tenía dos perras que habían tenido cachorros y les había ofrecido si querían alguno, el niño enseguida dijo que sí y quedaron esa misma tarde para ir a recogerlo.
Por la tarde, cuando el pastor llegó de recoger al rebaño, aparecieron los padres junto al niño y justo abrió cómo una verja de dónde empezaron a salir correteando un montón de cachorros, el niño no sabía cuál de todos llevarse, al igual que sus padres, pero finalmente la madre vio un cachorro blanco con una mancha marrón en uno de los ojos y le dijo-¿te gusta este? ¿quieres que nos lo llevemos? El niño asintió y al momento ya tenía el cachorro en brazos. Los padres lo miraban asombrados y felices de que hubiera superado el miedo y sobre todo de tener un nuevo miembro en la familia.
Al día siguiente se volvieron ya para casa siendo uno más y desde ese día el niño nunca más volvió a tenerles miedo,justo al contrario, acaricia a todo el que se encuentra y juega con ellos y el suyo es su mejor amigo, antes de irse a estudiar cada día el perro espera sentado en el sofá a que le dé una galleta y se despida de él.