
La respuesta sería sí, sí confío en mi intuición, tanto que a veces me gustaría equivocarme, pero pocas veces ocurre.
Me traslado a diciembre del año pasado, desde navidades que me sentí muy culpable de pasarlas lejos de aquí porque estaba segura de que sucedería algo (más tarde sucedió) y sólo espero que se quedara en aquella parte y no pase la segunda. Llegó fin de año y brindé por un 2024 lleno de buenos momentos (a sabiendas que no iba a ser así) y ya lo dije ayer, no ha sido el mejor año.
Es sólo uno de los ejemplos, quizás el más cercano, pero sí, mi intuición no suele fallar, a veces hasta me niego a intuir las cosas, prefiero pensar en otras, no pensar en lo que pueda o no pasar, en si va a ser mejor esto o lo otro, simplemente hacerlo. A veces hacer hasta lo contrario por si acaso.
No me suele fallar en los hechos pero tampoco con las personas, ¡ojo! No soy de juzgar a la gente, pero si intuyo muchas veces quien se va a quedar en mi vida y quien no, suelo acertar también, aunque a veces me ha fallado y ha dolido (hay quienes se saben poner muy bien una máscara).
Lo malo de todo esto es que a veces seguimos haciendo cosas aún a sabiendas de que no es la mejor opción y que tarde o temprano pasará eso que tú ya sabes que va a pasar, pero a veces queremos alargar lo bueno y después llegará lo malo.
Cuando llegue, nos quedará siempre el recuerdo de lo disfrutado ¿no?
«-Hola pequeña, pareces perdida. Ven, toma mi mano y te llevo a un lugar seguro.
-¿Quién eres?
-Tu intuición»
B.D.E.B.
