Atardecer

Atardecer

Cómo cada tarde se sentó en la arena a disfrutar del atardecer, ya era una costumbre diaria desde hacía algunos años, incluso los días de lluvia bajo un paraguas no se perdía ese espectáculo tan maravilloso que le ofrecía la naturaleza.

Ese día además lo necesitaba, en la oficina las cosas no habían ido muy bien y desde primera hora de la mañana todo habían sido problemas, más tarde en casa, queriendo aprovechar el tiempo y hacer varias cosas, se le había quemado la comida, así que terminó comiendo un sándwich y tras dejar todo listo, acudió a su cita con el atardecer.

Aunque ese invierno estaba siendo especialmente cálido, ese día había amanecido un poco más fresco, así que antes de salir, aparte de la cazadora cogió una mantita ligera para ponerla en la arena, y allí estaba preparada para ese baile de colores tan especial.

De repente escuchó a alguien acercarse por detrás de ella y un poco asustada se giró, enseguida le reconoció, era su nuevo vecino que hacía un par de meses se había mudado al piso de enfrente, se saludaron y ella le invitó a sentarse a su lado y mientras veían aquel espectáculo, comenzaron a hablar, a conocerse un poco más y lo que aquella tarde fue una casualidad se convirtió en una reunión diaria entre ellos dos, el atardecer y el mar.

Se forjó una amistad, de ésas que son necesarias tener al menos una en nuestra vida, pero que sea verdadera.

B.D.E.B.

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