
Cómo cada tarde se sentó en la arena a disfrutar del atardecer, ya era una costumbre diaria desde hacía algunos años, incluso los días de lluvia bajo un paraguas no se perdía ese espectáculo tan maravilloso que le ofrecía la naturaleza.
Ese día además lo necesitaba, en la oficina las cosas no habían ido muy bien y desde primera hora de la mañana todo habían sido problemas, más tarde en casa, queriendo aprovechar el tiempo y hacer varias cosas, se le había quemado la comida, así que terminó comiendo un sándwich y tras dejar todo listo, acudió a su cita con el atardecer.
Aunque ese invierno estaba siendo especialmente cálido, ese día había amanecido un poco más fresco, así que antes de salir, aparte de la cazadora cogió una mantita ligera para ponerla en la arena, y allí estaba preparada para ese baile de colores tan especial.
De repente escuchó a alguien acercarse por detrás de ella y un poco asustada se giró, enseguida le reconoció, era su nuevo vecino que hacía un par de meses se había mudado al piso de enfrente, se saludaron y ella le invitó a sentarse a su lado y mientras veían aquel espectáculo, comenzaron a hablar, a conocerse un poco más y lo que aquella tarde fue una casualidad se convirtió en una reunión diaria entre ellos dos, el atardecer y el mar.
Se forjó una amistad, de ésas que son necesarias tener al menos una en nuestra vida, pero que sea verdadera.
B.D.E.B.

Cómo te entiendo. Curas que se esperan sin más y que alimentan el alma a la luz de esos colores de fuego
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Esas que llegan cuando menos te lo esperas y cuando más lo necesitas…
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Que bonito, desconectar del caos y conectar con lo nuevo. Hacer algo bueno de ello. Disfrutar de los atardeceres. Gracias
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Gracias Daniel, los atardeceres tienen algo especial y me transmiten tranquilidad, aunque te confieso que soy más de amaneceres, el despertar de un nuevo día.
Saludos.
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Hay historias que dibujan tiernas sonrisas, como la tuya y amistades que jamás deberían despertar del sueño en el que viven.
Bonito lo que queda del día
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Mejor nos quedamos con esas amistades ¿verdad? Las que llegan por casualidad y se quedan toda una vida, las que «están».
Un abrazo Eva.
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Siempre quedarse con ellas… hay quien aunque estés no se da cuenta de ello, y aún no se el motivo.
Un tierno abrazo de vuelta.
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